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Columnistas

Los dueños del Mundial

A menos de 50 días del inicio de Qatar 2022, el mundial más caro de la historia, existe un grupo de hombres que pensaron, ejecutaron y pagaron la chance de recibir el primer mundial en la península arábiga sin importar las consecuencias internas y externas. Realeza, empresarios, contactos, presiones y dólares de los qataríes que manejan la pelota
Qatar

En los últimos 100 años la vida de Qatar ha tenidos algunos hitos que modificaron la idiosincrasia de un país que tiene solo 11.000 kilómetros cuadrados, dos mil menos que el área metropolitana de Buenos Aires. Hasta 1938 su economía se centraba en la pesca y la recolección de perlas pero descubrieron en Jabal Dhukan que tenían un mar de petróleo y gas debajo suyo. El segundo quiebre fue en 1971 cuando dejaron de ser un protectorado británico y se convirtieron en un emirato gobernado por la familia Al Thani, en el poder desde el siglo XIX. El punto final de ese camino se dio hace doce años tras quedarse con la sede de un Mundial que tiene varios dueños.

El 2 de diciembre de 2010 en Zurich se dieron dos sorpresas. Luego de la elección de Rusia para la Copa del Mundo de 2018 se esperaba que la de 2022 viajara a Estados Unidos que había llevado a Bill Clinton, como sherpa. Sin embargo cuando Joseph Blatter pronunció la palabra Qatar, un hombre alto, corpulento se levantó, aplaudió, se abrazó con dos de sus veinticuatro hijos, se sentó y luego encaró hacia el escenario. Hamad bin Khalifa Al Thani era por entonces el emir de su país, la máxima autoridad. Hijo de Khalifa bin Hamad, su antecesor, y padre de Tammin, quien lo sucedió, fue el ideólogo de la candidatura. Para ello puso a Mohamed, otro de sus hijos, al frente de la sede, pero le encargó a un hombre el lobby de los votos. Mohamed Bin Hamman, qatarí, presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, fue quien se encargaba de seducir votantes a cambio de jugosos sobornos que le significaron su expulsión de la FIFA en 2011, pero no la cancelación del Mundial.

Al Thani asumió en junio de 1995, tres meses después del triunfo del seleccionado Sub 20 de José Pekerman que ganó el primero de los cinco que se obtuvieron bajo su proyecto. Su ascenso no estuvo exento de intrigas palaciegas, puesto que le dio un golpe blanco a su padre cuando este se encontraba de viaje por Suiza. Desde entonces pasaron de ser una monarquía a la cual no se le prestaba atención, a ganarse el mote de “Los problemáticos Al Thani”. Automáticamente puso el foco en el desarrolló del gas natural licuado y en 1996 comenzó a venderlo. El año pasado terminó como el segundo mayor exportador del mundo detrás de Australia. Junto a su primo y ex canciller, el jeque Haman bin Jassim al Thani, son sindicados como los responsables del ascenso del país. La expansión internacional se explica primero con la fundación de la cadena televisiva Al Jazeera, creada en 1996, y su hermano deportivo, BeIn Sports, pero sobre todo gracias al fondo soberano, el Qatar Investment Authority, con el que compraron el PSG en 2011.

El año pasado, Qartar terminó como el segundo mayor exportador del mundo detrás de Australia.

Dejó el poder en 2013, entre otras cosas, por las denuncias que hacía el New York Times de supuestos apoyos del país a grupos terroristas como el Frente Al Nusra de Siria o las brigadas Al Qassam de Palestina. Entre 2017 y el año pasado Arabia Saudita, Egipto, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos rompieron relaciones diplomáticas con Qatar al que acusaban de financiar a grupos insurgentes.

Designó como sucesor a Tammin bin Hammad, su cuarto hijo. Los vecinos de la península arábiga pensaron que con su llegada se normalizarían las relaciones, pero no fue así y por eso se produjo el bloqueo que duró cuatro años. Al heredero lo acusaban de albergar a miembros de Los Hermanos Musulmanes egipcios, partidarios del ex presidente Mohamed Morsi, derrocado en 2013 y condenado a cadena perpetua en su país acusado de conspirar internamente con fuerzas qataríes.

En 2016 se inició una causa judicial por el memorandum de entendimiento entre Argentina y Qatar por 1300 millones de dólares, que un año después fue desestimada en la justicia. Uno de los acusados fue el ex tenista Gastón Gaudio, amigo de Tammin, que estuvo en el país de visita oficial en 2018  y se reunió con Mauricio Macri, encuentro donde también estuvo el Gato. El emir compró tierras en Bariloche y fue uno de los que motorizó el sponsoreo de Qatar Airways en la camiseta de Boca. También ha hecho gran cantidad de inversiones en el Reino Unido como la tienda Harrods, el 8% de la Bolsa de Londres y del banco Barclays o la Villa Olímpica de 2012. Su fortuna personal está estimada en 2100 millones de dólares y eso se eleva hasta los 335.000 si contamos a todos los Al Thani.

Cuando Lionel Messi llegó al PSG se sindicó a Gaudio como uno de los garantes del acuerdo, aunque el hombre determinante fue el tercer dueño del fútbol en Qatar, Nasser Al Khelaifi. Economista graduado de la Universidad de Doha, preside el club francés y el canal BeIn Sports, además de ser parte del comité organizador de Qatar 2022. Hijo de un pescador, de chico comenzó a entrenar tenis y aspiraba a una carrera profesional que duró 10 años, donde su mejor ranking fue 995 en 2002. A los 14 años compartía entrenamientos con un niño seis años menor, el emir Tammin, del que se hizo amigo al punto que en 2013 llegó a tener un cargo de ministro sin cartera debido a la relación entre ambos. Bajo su mando Qatar utiliza al club como una suerte embajadores del país, cuyo objetivo central es ganar la Champions League, de la que fueron subcampeones en 2020 en plena pandemia. Desde su llegada en 2011 lleva gastados 1350 millones de euros en refuerzos, con Neymar al tope de la lista por el que pagaron 222 millones.

La fortuna de Tammin bin Hammad está valuada en 2100 millones de dólares y eso se eleva hasta los 335.000 si contamos a todos los Al Thani.

El cuarto elemento es Nasser al Khater, CEO del comité organizador del Mundial. Desde que se le otorgó la sede, las denuncias contra Qatar oscilan entre sobornos, condiciones laborales esclavistas, opresión a la mujer y persecución a los homosexuales. El año pasado en una entrevista con la CNN dijo que “la homosexualidad no está autorizada y que las demostraciones públicas de afecto están mal vistas y esto se aplica a todos". A su vez dijo que gays, lesbianas y trans son bienvenidos, pero pidió respeto a las tradiciones locales y que no pueden cambiar las leyes por un mes de torneo. En Qatar se puede terminar preso hasta cinco años por no se heterosexual y en el caso de los musulmanes hasta puede significar una condena a muerte. En la misma entrevista rechazó las acusaciones por coimas, que consideró injustas y aseguró que todo cambiará cuando los visitantes lleguen a conocer el país.

Esta semana la agencia de noticias Telam entrevistó a Hassan Al Thawadi, secretario general del Comité Supremo de Entrega y Legado del Mundial Qatar 2022 que dejó un título rutilante: "Ver a Messi levantar el trofeo en Qatar sería realmente especial". Al margen de lo que se puede tomar como una tribuneada con un medio argentino, se entiende el fervor porque entre los cinco partidos con mayor demanda del Mundial están los tres de La Scaloneta en primera ronda. La final tuvo 3 millones de pedidos, el partido con México 2,5 millones y cerró el podio el debut con Arabia Saudita con 1,4 millones de entradas requeridas. Si bien no hay números oficiales las estimaciones hablan de un gasto total de 200.000 millones de dólares para armar el torneo y supera ampliamente los 14.000 millones de puso Rusia hace cuatro años. Justamente el evento deportivo más oneroso de la historia habían sido los Juegos Olímpcios de Invierno 2014 en Sochi con un costo de 55.000 millones, casi un cuarto de lo que pagaron los qataríes.

La homosexualidad no está autorizada y que las demostraciones públicas de afecto están mal vistas y esto se aplica a todos.

Nasser al Khater, CEO del comité organizador del Mundial.

Qatar apuesta a organizar un campeonato que marque un antes y después en la percepción mundial del país, aunque también hay escépticos que creen que cuando termine de rodar la pelota todo volverá a foja cero. También existen quienes piden que no se le caiga con tanta dureza porque, de los países árabes, es quien ha iniciado una serie de reformas incipientes que y que un tratamiento rígido de occidente puede inhibir el efecto contagio en sus vecinos. Lo cierto es que un grupo cerrado de hombres ha pergeñado un torneo en una tierra impensada, en una fecha poco habitual, con un gasto extraordinario a fuerza de dinero. Para ver el resultado faltan menos de dos meses.