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Columnistas

¿Fue inesperado el caudal de votos de Bolsonaro?

Jair Bolsonaro

Ni las encuestas más cercanas al presidente Jair Bolsonaro vaticinaron un apoyo del 43%. Si bien el ex mandatario, Lula da Silva, obtuvo un 48% predecible, o al menos era una de las posibilidades que planteaban los sondeos, la sorpresa fue el apoyo contundente al jefe del Ejecutivo y el peso que tendrán sus aliados en el Congreso. La pregunta que surge, es cómo el bolsonarismo logró mantener un núcleo duro de apoyo. ¿Influyó la ayuda estatal? ¿Prevaleció la narrativa de la corrupción?

El primer dato que surge de la elección es la falla de las encuestas, que suelen tener mucho prestigio en Brasil, en el resultado para Bolsonaro. Solo dos sondeos le daban la posibilidad de superar el 40% y por debajo del que obtuvo, la gran mayoría le daba hasta 10 puntos abajo. Esta situación probablemente sea usada por el candidato del Partido Liberal, que durante toda la campaña afirmó que los números mentían y que se confiaba del “datapueblo”, al hacer referencia a los masivos actos que realizaba.

Otro de los datos que falló tuvo que ver con lo que se denomina como “voto silencioso”, por el cual según varios sondeos un alto porcentaje de brasileños no contaban por temor o vergüenza a quién iban a votar. Data Poder llegó a sostener que el 23% no le cuenta ni siquiera a sus amigos su elección electoral. El dato que falló es que aseguraban que ese voto mayoritariamente iría por Lula, y eso no sucedió. Tampoco lograron convencer para que haya una mayor participación, ahora situada en poco más del 79%.

Ni siquiera parece haber reducido su apoyo en el sector evangélico que fue clave para la victoria de Bolsonaro en el 2018. Se considera que los evangélicos representan un 30% de la población y que en torno al 70% lo votaron en esa oportunidad. Ahora, según los sondeos, ese número se había reducido al 50%, algo que ahora con los nuevos resultados tampoco parece ser así.

¿Quién lo sostiene?

Si bien siempre se supo que Bolsonaro tenía un sector duro en torno al 30%, incluso en los momentos más duros de la pandemia, el resultado de ayer superó ampliamente ese sostén. En la primera vuelta en el 2018 obtuvo el 46% de los votos, en esta oportunidad el 43%, es decir, que porcentualmente redujo muy poco su apoyo, pero además si se mira en números concretos, logró conquistar dos millones más de votos que en la fecha anterior.

A medida que se desglosen los datos se conocerá más en detalle cómo fue el voto en los distintos sectores, pero uno de los puntos para ver es si alcanzó a tener impacto la ayuda estatal en plena campaña. A medida que se conocían los datos que mantenían a Bolsonaro estancado en torno al 30%, empezaron las críticas dentro del bolsonarismo acerca de si la ayuda estatal del Auxilio Brasil había llegado tarde al bolsillo de los brasileños.

Data Poder llegó a sostener que el 23% no le cuenta ni siquiera a sus amigos su elección electoral.

Es válido recordar que Bolsonaro aumentó el monto de la ayuda de 400 a 600 reales y extendió la fecha de entrega hasta diciembre, justo cuando sucederá el cambio de mando. Por eso la medida fue vista en clave electoralista, pero dado que empezó a regir en agosto no parecía tener efecto en un sector de bajos recursos, que apoya mayoritariamente a Lula. De todas maneras, habrá que esperar para saber si esta medida tuvo impacto.

Bolsonaro también tuvo medidas relacionadas a los impuestos en los combustibles, lo que llegó la deflación en un contexto internacional de crisis inflacionaria. Si bien se cuestionaba que no había logrado bajar el precio de los alimentos, sí quizás también se puede haber sentido un alivio en un marco de crisis, donde la oposición cuestiona el crecimiento de la pobreza y del hambre. Otro elemento que puede considerarse es qué tanto caló la narrativa de la corrupción.

¿Influyó la ayuda estatal? ¿Prevaleció la narrativa de la corrupción?

Cuando se le consultaba a los votantes de Bolsonaro sobre la elección, una de las respuestas más extendidas tenía que ver con la narrativa de “Lula ladrón”. El ex mandatario no se pudo presentar a la votación del 2018 donde era favorito y pasó más de 500 días presos en el marco de lo que se conoció como Operación Lava Jato. Más allá de que las causas fueron cerradas, por cuestiones de jurisdicción y su falta de imparcialidad, la idea de que el líder del PT es corrupto logró instalarse en parte de la sociedad.

Congreso

Con las urnas electrónicas se puede votar a un candidato a Presidente y legisladores de otros partidos. Por lo cual, si bien fue Lula el que obtuvo más votos, fue el Partido de Bolsonaro y sus aliados quienes hicieron una gran elección en el Congreso. En el cual, ganó 23 diputados, que lo llevará a tener 99 legisladores convirtiéndose, según señala Folha de Sao Paulo es la mayor bancada en 24 años.

“La sorpresa fue una victoria más amplia de los sectores bolsonaristas de lo que se esperaba. El Congreso, principalmente el Senado, queda muy a la derecha. El Partido de los Trabajadores obtuvo solo 4. Va a ser un Senado bolsonarista, conservador”, explica a Diario Con Vos, el politólogo y profesor en la Universidad Federal Fluminense, Thiago Rodrigues. El partido y las alianzas de Bolsonaro obtuvieron 16 de los poco más de 20 senadores que se votaban.

¿Y ahora?

Si la campaña para la primera vuelta estuvo marcada por la violencia política y los temores de denuncias de fraude, lo que se espera para esta segunda ronda es una mayor intensificación. Por un lado, Bolsonaro tendrá a favor que las encuestas fallaron para su narrativa de que los medios de comunicación están en su contra, aunque se caerá la idea de instalar fraude cuando las urnas le dieron una gran elección.

La campaña estará marcada también por la búsqueda del voto de la tercera candidata Simone Tebet y del cuarto lugar, Ciro Gomes, que entre ambos suman un 7%. Si bien Lula pareciera tenerla más fácil, porque con poco más de dos puntos que seduzca ya le alcanzaría para ganar, no está nada dicho, dado que es difícil prever cómo puede jugar ese electorado, que algunos situaban con la posibilidad de ir mitad y mitad para cada uno.

“La lucha continúa”, dijo Lula en la conferencia de prensa, después de contar que deberá cancelar un viaje que había planificado con su esposa al creer que la cita electoral podía terminarse en primera vuelta. Si bien se mostraron optimistas, en el equipo del PT se sintió la desilusión de no haber podido finalizar la contienda electoral. De acá al 30 de octubre, se esperan semanas de mucha tensión, con un Bolsonaro que sale de esta votación claramente fortalecido.