Cuatro meses después de la vaselina de Ángel Di María en la final de la Copa América 2021, Brasil recibió otro impacto en materia de fútbol cuando el Congreso aprobó en ambas cámaras el proyecto que envió el Ejecutivo para que los clubes de fútbol pudieran privatizar hasta el 49% de las acciones y ceder el control administrativo a una Sociedad Anónima. Jair Bolsonaro logró lo que no pudo Mauricio Macri en Argentina y encima contó con un voto estelar en el Senado: el de Romario. O Baixinho, es senador desde 2015 y actualmente representa al Partido Liberal, una agrupación de derecha a la que se afilió Bolsonaro en 2021 y con la que busca un segundo mandato en las elecciones del 2 de octubre.
Este proyecto permitió que el 90% del paquete accionario de Cruzeiro sea comprado por Ronaldo, que esta semana festejó el ascenso a Primera División, tras dos años en la Serie B. El Fenómeno, que debutó en ese club en 1993, pagó 60 millones de euros: fue su segunda adquisición tras la compra del Valladolid español en 2018. Botafogo es propiedad de John Textor, empresario estadounidense de medios, y el Red Bull Bragantino, parte de la escudería de la bebida energética. Otro de los equipos que puede subir al Brasileirao es el Bahía, que estaría por cerrar negocios con el City Group y ser el club número 12 de un imperio que tiene bases en cinco continentes.
Jair Bolsonaro logró lo que no pudo Mauricio Macri en Argentina.
En 2008 el grupo inversor Abu Dhabi United Group for Development and Investment le compró el club al ex Primer Ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, que había pagado 121 millones de euros un año antes. La cabeza detrás de la compra es el jeque Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahayan, hijo de Zayed, el primer presidente de Emiratos Árabes Unidos tras su independencia del Reino Unido en 1971. Su hermano Mohamed asumió ese cargo en mayo de este año, mientras que él es viceprimer ministro y ministro de Asuntos Presidenciales.
Desde entonces han sido la avanzada de Medio Oriente en el fútbol europeo cuyo tridente lo completan Qatar con el PSG y recientemente Arabia Saudita con el Newcastle. Los capitales foráneos son cada vez más comunes en Europa, sobre todo en la Premier League, donde los dineros estadounidenses y chinos comienzan a fluir. No por nada el City Group, que tomó forma en 2013, está compuesto en un 78% por fondos emiratíes a través de la empresa Newton Investment and Development LLC, mientras que la americana Silver Lake posee el 14,54% y el consorcio China Media Capital se quedó con el 8,24%.
Durante la gestión actual el club ganó 17 títulos locales, entre ellos, seis de las ocho ligas de su historia, con tres entrenadores: Roberto Mancini, Manuel Pellegrini y Pep Guardiola, la apuesta final para el asalto europeo que no ha surtido efecto. Con la llegada del catalán solo alcanzaron una vez la final de la Champions, en 202,1 cuando perdieron 1-0 contra el Chelsea con gol del alemán Kai Havertz. Este año fue eliminado en semifinales de manera insólita contra Real Madrid, que hizo dos goles en el descuento de la vuelta, fueron al alargue y ahí Karim Benzema metió de penal el tanto que los llevó a la final, donde fueron campeones ante el Liverpool.
A diez años del desembarco en Inglaterra ya habían hecho pie con otros cinco clubes. El primero fue en los Estados Unidos, uno de los mercados emergentes más prolíficos, que el año que viene llegará a su franquicia número 30. Don Garber, comisionado de la MLS, negoció la creación del New York City FC con Ferrán Soriano, ex vicepresidente de Barcelona, entonces director ejecutivo y hoy CEO del City Football Group. Luego vinieron el Melbourne City australiano, el Yokohama Marinos de Japón, el Montevideo City Torque uruguayo y el Girona español, donde Pere Guardiola, hermano de Pep, oficia de presidente del Consejo de Administración.
Luego sumaron al Sichuan chino, al Mumbai indio, el Troyes de Francia y al Lommel SK de la segunda división belga, hasta junio de este año, cuando acordaron quedarse con el 80% del Palermo italiano. Salvo en los casos de Girona, Sichuan y Yokohama, el conglomerado tiene entre el 65% y el 100% de los clubes de su portfolio. Incluso, desde enero de 2021 tiene un acuerdo con el Bolívar de Bolivia, el decimotercer elemento, con el que se asoció y prometió inversiones por 30 millones de euros que incluyen la construcción de un estadio. El único continente todavía deshabitado es África, aunque con el lanzamiento de la Super Liga de clubes para el año que viene no sería raro que a futuro pongan un billete ahí también. Ahora falta la confirmación oficial con Bahía para sumar otra perla al collar.
Que un grupo empresario tenga doce equipos debería ser una señal de alerta para FIFA.
Como reza el dicho, siempre hay un argentino en cada lugar del mundo y el City Group no es la excepción. Diego Gigliani es director gerente de clubes emergentes, que incluye a la mitad de las posesiones: Girona, Troyes, Lommel, Bolívar, Yokohama y Montevideo City Torque, cuyo Director Deportivo es otro compatriota, Germán Brunati.
Situaciones como la del City Group solo tiene como ejemplo parecido a Red Bull con cuatro equipos en Austria, Alemania, Brasil y Estados Unidos. Sin duda, doce equipos debería ser una señal de alerta para FIFA. No faltan quienes piensan que a futuro el fútbol puede convertirse en un TEG a gran escala donde los petrodólares pueden definir los destinos de la pelota por encima de los jugadores.