Camisa celeste, corbata azul, traje negro, papeles en mano, flequillo en su lugar. Todo parecía en orden hasta que empezó a hablar. El líder del partido La Libertad Avanza, Javier Milei, no abrió ni cerró su debut en el Teatro Broadway de la calle Corrientes con la misma efusividad de siempre. Los saltos brillaron por su ausencia y se escucharon más los gritos de la batucada de la entrada y del público. Tampoco bajó del escenario. El atril con la bandera argentina a la izquierda de la pantalla, por una hora, se convirtió en su refugio.

Refugio por el que minutos antes pasó el expresidente del Banco Central (BCRA) Federico Sturzenegger. Y pantalla que un video del exministro de Economía Domingo Cavallo ocupó para reivindicar las decisiones que tomó en la década del ‘90.

Las enseñanzas de dos ex

Frente a su computadora en Estados Unidos y con los lentes colgando del cuello, Cavallo se defendió: “Quiero aclarar algo respecto a la convertibilidad: convivió con la dolarización, no se prohibió el uso del dólar, fue un sistema bimonetario donde el peso estaba respaldado en dólares y por un tiempo iba a estar con una paridad fija con respecto al dólar”. Además, insistió: “La gente tenía libertad para elegir entre el peso y el dólar”.

El ministro de Economía durante 2001 propuso tres alternativas para estabilizar el dólar: “Una fue la convertibilidad de 1991, otra puede ser una dolarización completa de la economía, y la tercera, la que yo preferiría, buscar que convivan la moneda local con el dólar, pudiendo las dos monedas cumplir las mismas funciones y hacerlas competir entre ellas”.

Cavallo propuso que el peso y el dólar convivan y compitan. Sturzenegger abogó por una "unión monetaria" con Brasil.

Sturzenegger elogió la gestión de Cavallo por hacer "al Banco Central totalmente independiente". Además, detalló que "era muy difícil defender las ideas de la libertad" durante su paso por el BCRA, entre 2015 y 2018.

El exfuncionario propuso tres medidas para que "los políticos no manoteen nada del Banco Central": por ley, dolarizando o con una unión monetaria con otro país. "Si hiciéramos una unión monetaria con Brasil, nos sacamos de encima el Banco Central", prometió el economista.

7 horas de viaje para escuchar a Milei

La sala, con capacidad para 2.000 personas, estaba llena de señores, señoras, parejas, jóvenes y bebés. En la última fila están Daniela, Alejandro Cordero y su hija Sara, de ocho meses. Recorrieron más de 500 kilómetros para escuchar a Javier Milei desde Huanguelén, un pueblo a 7 horas en auto de la Ciudad de Buenos Aires donde viven y tienen un comercio.

“Hace dos años que seguimos a Milei y nos gustan muchas cosas de él, como también hay cosas que no nos gustan –detalló Alejandro–. No me gusta cuando se va mucho de boca. Lo bueno es que es medio loquito y su carácter es un cambio, algo nuevo para la Argentina”.

No me gusta cuando se va mucho de boca. Lo bueno es que es medio loquito.

Alejandro Cordero, de Huanguelén

Mientras amamantaba a Sara, Daniela coincidió: “Lo veo como algo innovador, algo distinto”. Ambos cuestionaron la veracidad del atentado contra la vida de la vicepresidenta Cristina Kirchner. “No le pasó nada, siguió firmando autógrafos, o sea que tanto no le afectó como para poner un feriado después de eso: eso fue una falta de respeto para todos los argentinos”, sostuvo Daniela.

Algunas filas más adelante, resaltaba el único pelo teñido con color fantasía. La vecina de la vicepresidenta Cristina Kirchner, Ximena de Tezanos Pinto, leía un libro mientras esperaba que empezaran las exposiciones de los economistas liberales. Durante la exposición de Héctor Rubini, su celular le llamó más la atención que las explicaciones sobre la banca Simons.

Está mucho más segura la cuadra, se están tomando las medidas como se debe, si vos querés entrar a nuestro edificio hay policías que te piden el documento.

Ximena de Tezanos Pinto, vecina de Cristina Kirchner

"Es maravilloso el ahínco que tiene Javier por explicar todo", evaluó después de retirarse de la sala minutos antes de que el líder libertario finalice su exposición. Además, consideró entre risas: "La verdad que las últimas cosas ya no estoy entendiendo mucho, la cabeza me explota".

"¿Yo? ¿Miedo? ¡Noo! Yo tengo miedo de morirme sin haber hecho lo que me importaba", aseguró la integrante de Republicanos Unidos con su característico carisma y agregó: "Está mucho más segura la cuadra, se están tomando las medidas como se debe, si vos querés entrar a nuestro edificio hay policías que te piden el documento".

Hablar en público después de un atentado

El "león", como lo llaman sus seguidores, ingresó solo al escenario desde atrás del telón negro. No había guardias de seguridad cerca. Sin embargo, cuando dos jóvenes, con ropa blanca y pañuelo amarillo en el brazo, intentaron acercarse al escenario para grabar más de cerca, un hombre vestido de negro los detuvo y los devolvió por donde vinieron. No podían traspasar el cordón que separaba la zona VIP del resto de las butacas.

La diputada que defiende a los militares de la última dictadura, Victoria Villarruel, y la hermana de Milei, Karina, se encontraban en las mesas de ese sector más inmediato al escenario. Por allí pasaron todos los oradores: el economista liberal Alberto Banegas Lynch hijo; la economista y exdirectora general de Standard & Poors para América Latina, Diana Mondino; y el economista Héctor Rubini. Todos, excepto Milei.

¿Qué tipo de progresistas son? Quieren tanto a los pobres que lo único que hacen es multiplicarlos.

Javier Milei

“El Banco Central es una estafa, el accionar de la política monetaria es una estafa”, insistió Milei ante los celulares en alto de los espectadores. Los aplausos inundaron la sala cuando volvió a afirmar que “no debe existir un Banco Central”.

El economista aseguró que el Banco Central perjudica a “los sectores más vulnerables'' y criticó: “Es incomprensible por qué los progresistas defienden el Banco Central y este tipo de aberraciones, ¿qué tipo de progresistas son? Quieren tanto a los pobres que lo único que hacen es multiplicarlos”. La frase le valió gritos y aplausos de toda la sala.

“El 28 de diciembre de 2017 ¨[N. de R: cuando Sturzenegger dejó el BCRA] la casta política se llevó puesto el Banco Central y terminó derivando en un desastre.

Sin embargo, cuando empezó a contar la historia de cómo la humanidad pasó del trueque al dinero y terminó detallando y enumerando fórmulas económicas, la gente encontró más interesante contestar WhatsApp y chequear Instagram. Lo que volvía a captar su atención eran las chicanas a “la casta política”: “La estabilidad monetaria favorece a la gente de bien y solo perjudica a los sátrapas de la casta”.

Cuando empezó a contar cómo la humanidad pasó del trueque al dinero, enumerando fórmulas económicas, la gente encontró más interesante contestar WhatsApp y chequear Instagram.

“Yo me niego a que los políticos y sus economistas nos traten de estúpidos”, gritó Milei ante una sala cuyas últimas filas empezaban a vaciarse , y subió aún más el tono para asegurar: “Los políticos no son Dios”.

Como entró, se fue: sin saltos, sin música y por bambalinas. Su única interacción con el público, más allá del discurso, fue una foto. Sus seguidores, invitados o anotados en listas privadas para estar allí, lo despidieron al canto de: “Tiene miedo / La casta tiene miedo”.