Graves disturbios se registraron en Santiago de Chile ayer durante una peregrinación hacia el Cementerio General convocada por agrupaciones de Derechos Humanos, en el marco del 49° aniversario del golpe de estado contra el presidente Salvador Allende.
Grupos de encapuchados interrumpieron la procesión para lanzar bombas molotov y fuegos de artificio contra Carabineros, que reprimió indistintamente a todos los manifestantes.
Los homenajes a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet quedaron en el medio de los enfrentamientos, aunque, la movilización siguió su rumbo.
Según informó Carabineros, dos efectivos policiales resultaron afectados por la emanación de gases tóxicos, tres personas fueron detenidas por los incidentes y al menos ocho locales comerciales fueron saqueados entre todos los disturbios.
El presidente chileno, Gabriel Boric, condenó los hechos y expresó: “Salvador Allende y su legado es, principalmente, su valor para defender la democracia. La democracia se construye con diálogo, respetando a quien piensa distinto y nunca con violencia y eso ojalá todos quienes reivindican este día lo entendieran”.
Salvador Allende y su legado es, principalmente, su valor para defender la democracia
“Porque si queremos salir adelante, que no me cabe ninguna duda es la voluntad de la gran y abrumadora mayoría de los chilenos, de volver a encontrarnos, tiene que ser en paz y sin violencia. Y eso es lo que nosotros vamos a hacer desde el gobierno”, remarcó el mandatario.
Más temprano, Boric había anunciado la puesta en marcha del plan de búsqueda de desaparecidos durante la dictadura, en el marco de las actividades oficiales en conmemoración del golpe.
“Nuestro compromiso es seguir buscando incansablemente a los detenidos desaparecidos, 1.192 detenidos desaparecidos que todavía no sabemos dónde están; no es aceptable, no es tolerable, no lo podemos naturalizar”, señaló.
Cabe señalar que el clima social en Chile está muy crispado luego de la celebración de un plebiscito constitucional en que la mayoría de los votantes rechazó la propuesta en que se trabajó durante el último año, en un proceso que había emergido para aplacar la violencia y los disturbios del estallido social de 2019.
