Luego de pedir la pena de muerte para las personas que cometieran hechos de corrupción, Francisco Sánchez envío una carta al titular del bloque de diputados del PRO, Cristian Ritondo, en la que desistió de impulsar el proyecto. Sin embargo ratificó su postura de equiparar los delitos de corrupción agravada con delitos de traición a la Patria.
En el contexto del pedido de condena a Cristina Kirchner en la causa Vialidad, Francisco Sánchez recordó que había impulsado un proyecto de ley para que los delitos de corrupción sean considerados traición a la Patria. "Merecen la pena de muerte, no una liviana prisión domiciliaria", señaló el diputado neuquino en un tuit en el que hizo alusión al alegato del fiscal Diego Luciani, reclamando que "12 años por robar impunemente es casi nada".
Rápidamente desde distintos sectores salieron a pedir la renuncia de Sánchez y a solicitarle, tanto a Cristian Ritondo como a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que el diputado se retracte. Producto de la presión y sumado al clima que se generó por el intento de magnicidio a la vicepresidenta, el diputado le envío una carta al titular de la bancada desistiendo de impulsar el proyecto.
Considero atendible el pedido de evitar la continuidad de manifestaciones que puedan afectar la sensibilidad de personas.
"Considero atendible el pedido de evitar la continuidad de manifestaciones que puedan afectar la sensibilidad de personas individuales o colectivas, por lo que desistiré de impulsar un proyecto de estas características”, sostuvo el neuquino. Sin embargo, ratificó su postura de que hay que equiparar los delitos de corrupción agravada con delitos de traición a la Patria. Sobre este punto, recordó que en el proyecto de su autoría señala “la necesidad de establecer en la letra del Código Penal su imprescriptibilidad y la imposibilidad de indulto, amnistía o conmutación de pena, todo ello en cumplimiento de la manda del artículo 36, quinto párrafo de la Constitución Nacional”.
Teniendo en cuenta que incorporar la pena de muerte necesita de una reforma constitucional, ya que es algo que está abolido en la Carta Magna, Sánchez aprovechó para mencionar las declaraciones de Cristina Kirchner sobre la autonomía de la Ciudad. “Esta posibilidad (modificar la Constitución) se encuadra en lo que puede y debe considerar cualquier legislador, tal como por ejemplo también lo ha considerado la vicepresidente de la Nación al plantear una modificación al status autonómico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.