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Salud

Mariano Sigman: "No hay que conversar en Twitter"

mariano sigman

La Física, la Neurociencia y la Ciencia Cognitiva cautivaron los años de estudio que Mariano Sigman dedicó a conseguir doctorado y posdoctorado. Pero en estos últimos años, luego de un terrible accidente, se usó a sí mismo como experimento. El resultado: su último libro El poder de las palabras, cómo cambiar tu cerebro (y tu vida) conversando.

El conductor de Mejor País del Mundo, Diego Iglesias, usó este libro como excusa para que Sigman viajara hasta el estudio de Radio Con Vos. Casi al final de la entrevista se centró en la segunda parte del título del libro y recurrió al cuento La tragedia de ir a ver Titanic de Leo Masliah para reflexionar sobre las conversaciones.

"Intenté llegar a lugares que estuvieron prohibidos toda la vida, cosas que pensé que eran imposibles hacer para mí", detalló el doctor en neurociencia sobre su vida después del accidente en el que perdió un tercio de toda su sangre. Ese fue su experimento de 5 años: llegar a lugares prohibidos por uno mismo.

Cambiar no es necesariamente cambiar un rasgo, sino encontrar dónde encajás mejor.

Mariano Sigman, neurocientífico

Sigman descubrió que el manejo de las palabras y el lenguaje son "el cincel más poderoso". Aunque eso no es nuevo. "Lo original en el libro es que hoy hay mucha ciencia que nos enseña cuál es la mejor manera de usar las palabras para llegar a donde querés llegar", aclaró el divulgador científico.

Sobre el final de cada capítulo del libro, el autor plantea una serie de ejercicios que podrían vincularse con la autoayuda. Sobre esto, afirmó que "no hay nada más noble que la autoayuda" porque "si a alguien le das ideas sobre cómo vivir mejor, no querés que te llame, sino darle herramientas".

No hay nada más noble que la autoayuda.

Mariano Sigman, autor de El poder de las palabras

Sin embargo, no es que absolutamente todo se pueda cambiar. Sigman explicó que "los rasgos de personalidad o temperamento son constitutivos y son muy difíciles de cambiar", así como "el carácter extrovertido e introvertido".

Pero sí se pueden cambiar ciertas cosas relacionadas a lo inmodificable. El autor planteó que cuando se entiende que eso no se cambia, te das cuenta de que "podés mejorar cambiando cosas en las cuales funcionás mejor con esos rasgos que tenés". Es decir, cambiar "no es necesariamente cambiar un rasgo, sino encontrar dónde encajás mejor".

Leo Masliah, los discursos de odio y las malas conversaciones

Tomando de punto de partida La tragedia de ver el Titanic de Leo Masliah, Sigman sostuvo que "en las malas conversaciones cada persona grita, piensa que es distinta, que tiene una especie de valor distinto a todos los demás".

En ese sentido, señaló que lo valioso que aporta Masliah es que "hay un valor en el silencio y eso es muy importante en las peleas".

Casi adecuándose al clima social actual, el neurocientífico reflexionó: "Es muy fácil pensar 'esto se resuelve si los otros cambian algo' y creo que es muy difícil reconocer cada uno en su propia piel que forma parte de esa conversación en la cual estamos hablando todos".

Como lo ideal para tener conversaciones fructíferas, de acuerdo a los estudios abordados por Sigman, son los grupos pequeños terminó criticando la red social del pajarito: "No hay que conversar en Twitter porque lo que tenés es una cancha de River de gente hablando al mismo tiempo y claramente no es el espacio para conversar".

Mirá la entrevista completa acá: