Pasaron 96 horas desde que Fernando Sabag Montiel intentó asesinar a Cristina Kirchner y, según comentó Alejandro Bercovich, "si alguien tenía la esperanza de que algo cambiaría, lamento decirle que no, que todo sigue igual que antes del atentado contra Cristina Kirchner".
Para Bercovich, la investigación "arrancó para el orto, con el reseteo del celular del tipo". Comentó que un atentado contra la vicepresidenta es "un atentado contra todos nosotros". "Si ese tiro hubiera salido, hoy estaríamos sumidos en un caos en que no queremos vivir", afirmó. "Eso -añadió- nos debió haber hecho reflexionar todo el finde, y en cambio me encontré con gente que duda, con la posverdad adueñándose del atentado, como pasó con la muerte de Nisman". Además, destacó que el reseteo del celular de Sabag "tiene olor a servicio".
Esto no solo está igual, va a ser peor, vamos a seguir es esta escalada de manera continua, porque las condiciones que hacen que el odio aflore siguen ahí.
El conductor de Pasaron Cosas comentó el discurso de Javier Milei, quien "tiene mucho que ver con esto", en el Congreso. El dirigente libertario planteó que hay que "terminar con el privilegio de los políticos", y afirmó que hay muertos todos los días y la política "se sigue mirando el ombligo". "Esto no solo está igual, va a ser peor, vamos a seguir es esta escalada de manera continua, porque las condiciones que hacen que el odio aflore siguen ahí", afirmó Bercovich. Para el economista, las condiciones de vida son cada vez peores, y eso acicatea un odio del cual Milei "es el emergente", y direcciona la bronca "para el lugar opuesto de donde debería estar direccionada, porque amplifican el odio los que defienden a los millonarios que se están quedando con todo lo que era nuestro".
El periodista criticó la actitud del macrismo en el Congreso, que no se quedó a la sesión, y la carta que escribió Mauricio Macri contra la "cacería de enemigos simbólicos" por parte del kirchnerismo. "Está dando vuelta el hecho para decir que le kirchnerismo los persigue, resulta que ahora lo grave es que alguien diga que hay discursos de odio y no que alguien le haya puesto una Bersa en la cara a la vicepresidenta", remarcó.
"La cuestión nos pasa por impugnar los discursos desde una supuesta autoridad, de ser sommeliers de cómo se habla, sino hablar de qué genera esa insatisfacción, y porque la derecha la usufructúa, no solo en Argentina sino en el mundo", planteó. Subrayó que "tenemos que defender la democracia y combatir el fascismo, no sé cómo, es una incertidumbre que nos va a acompañar durante un tiempo". Concluyó: "Pensé, como pensé con la pandemia, que íbamos a salir mejores, soy de esos boludos. A 96 horas, seguimos igual".