En el expediente que abrió el Poder Judicial para investigar el intento de asesinato a Cristina Kirchner ya se encuentran las pericias que la Policía Federal Argentina (PFA) realizó al arma Bersa calibre .32 que usó Fernando Sabag Montiel. También determinaron quién fue el verdadero dueño de la pistola.
Tal como explicó Diario Con Vos, la bala no salió porque no había ninguna en la recámara. Así que la PFA determinó que Sabag Montiel no accionó la corredera de manera manual antes de disparar.
Si bien es un hecho que ninguna bala se montó en la recámara, como el acusado se negó a declarar ante la jueza María Eugenia Capuchetti, todavía tienen que determinar si él estaba al tanto de eso o no cuando disparó contra Cristina Kirchner.
Tanto la división Balística como el Laboratorio Químico confirmaron el funcionamiento correcto del arma. Para probar el funcionamiento del arma efectuaron 50 disparos con ella y salieron bien. El modelo de más de 40 años de antigüedad era apta para el disparo y había sido usada en el pasado.
¿A quién pertenecía el arma que apuntó a Cristina Kirchner?
A pesar de que la pistola tenía los números de serie borrados y solo se veían los tres últimos, la PFA pudo determinar su origen. Había pertenecido hasta 2021 a un antiguo vecino de Sabag Montiel domiciliado sobre la calle Condarco, en Villa del Parque.
César Bruno Herrera, un vecino de más de 50 años de edad, había fallecido y el último trámite que realizó en relación al arma fue su transferencia en 2002, cuando llegó a su poder. También descubrieron que Herrera estaba registrado en el rubro de taxis de la AFIP, el mismo en el que estaba Sabag Montiel.
No queda claro en qué circunstancias Sabag Montiel se hizo con el arma: Herrera se la prestó y él nunca la devolvió o él se la robó o su vecino se la regaló.
El acusado de intentar matar a la vicepresidenta no tenía credencial de legítimo usuario en la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC). No queda claro en qué circunstancias Sabag Montiel se hizo con el arma: si Herrera se la prestó y él nunca la devolvió o él se la robó o su vecino se la regaló.
Mientras tanto, Sabag Montiel sigue en una celda de la dependencia de la PFA ubicada sobre Cavia, en Palermo.
