Lukoil es la compañía petrolera más grande de Rusia y la segunda con mayores reservas de crudo en el mundo, luego de Exxon.
Por eso el repentino fallecimiento de su presidente, Ravil Maganov, causó conmoción en todo el mundo, sobre todo por la misteriosa forma en que esto ocurrió: según los medios de ese país, el magnate cayó desde la ventana del sexto piso de un hospital en Moscú, donde estaba siendo tratado por un ataque cardíaco.
Según informó una fuente anónima a las agencias rusas Interfax y TASS, Maganov cayó a las 7 de la mañana por la ventana del Hospital Clínico Central de la capital rusa y falleció a causa de sus heridas. Esa misma fuente indicó también que el empresario tomaba antidepresivos. Las fuerzas de seguridad informaron de una “muerte por suicidio”.
El caso generó de inmediato suspicacias, debido a que es el último de una serie de ejecutivos de alto nivel que han muerto en circunstancias misteriosas. Desde que comenzó la guerra con Ucrania, la petrolera Lukoil se manifestó en contra de la invasión y ha sido duramente cuestionada por el gobierno.
En mayo encontraron a su gerente Alexander Subbotin, envenenado en la casa de un chamán jamaiquino, donde habría acudido a tomar “un remedio para la resaca”.
Además, varios multimillonarios y ejecutivos relacionados con el gigante estatal del gas y el petróleo Gazprom han fallecido este año. Entre ellos se destacan Vladislav Avayev, un antiguo funcionario del Kremlin, el multimillonario Sergey Protosenya, Alexander Tyulakov, alto funcionario de finanzas y seguridad de Gazprom, y Leonid Shulman, jefe de transporte de Gazprom Invest.
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