La primera ministra más joven de Finlandia, Sanna Marin, volvió a hablar en público sobre los videos y fotos de una fiesta en su residencia y defendió su derecho a la “alegría” y a la “vida”.
“Soy un ser humano. A veces también busco alegría, luz y placer en medio de estos oscuros nubarrones”, se sinceró con lágrimas en los ojos Marin. Volvió a tocar el tema hoy durante un acto organizado por su partido, el Partido Socialdemócrata (SPD), en el sur de Finlandia.
Hubiese preferido que no salieran esas fotos, pero será cuestión de que los votantes decidan qué opinan al respecto.
Sanna Marin, primera ministra de Finlandia
"No falté ni un solo día a mi trabajo”, recordó la primera ministra de 36 años. También remarcó que le gustaría que la gente se preocupe más por los resultados de su gestión.
Además, Marin compartió que estas últimas semanas, en las que los medios hicieron foco en cómo pasa su tiempo libre, no han sido las mejores de su vida.
“No he dejado ni una sola tarea sin hacer, y tampoco dejaré esta [como primera ministra] a medias, porque todo esto pasará y juntos tenemos que construir un país más fuerte”, insistió la funcionaria y añadió: “Hago mi trabajo, aprenderé la lección”.
La posición del pueblo y de otras funcionarias
El pueblo finlandés está dividido entre juzgar su comportamiento como inapropiado para su cargo o defender su derecho a disfrutar de un acontecimiento privado en compañía de sus amigos.
Algunas mujeres empresarias y políticas apoyaron a Marin y subieron videos a sus redes sociales bailando, tomando y divirtiéndose con el hashtag #SolidarityWithSanna (solidaridad con Sanna).
Ayer ya había vuelto a aparecer en todos los medios locales por salir a disculparse por una nueva foto que salió a la luz. Dos mujeres besándose con las remeras levantadas y un cartel en el que se lee "Finlandia" tapándoles el pecho.
“Hubiese preferido que no salieran esas fotos, pero será cuestión de que los votantes decidan qué opinan al respecto”, concluyó la primera ministra días atrás.