Hace casi 50 años, en 1973, Marlon Brando ganó el Oscar a mejor actor por la aclamada película "El Padrino". Sin embargo, y lejos de ser un día de celebración para el actor, Brando no asistió a la premiación y envió en su lugar a la actriz y activista indígena Sacheen Littlefeather, quien subió al escenario y rechazó la estatuilla.
"Soy una apache y presidenta del Comité Nacional de Imagen Afirmativa de los Nativos Estadounidenses”, comenzó su discurso Sacheen. "Estoy representando a Marlon Brando esta noche y me pidió que les diga en un largo discurso que no puede aceptar este generoso premio y la razón son los tratos que reciben hoy los indígenas estadounidenses por parte de la industria del cine", agregó mientras la abucheaban desde el público.
La mujer agachó la cabeza pero continuó con su discurso y mencionó los "acontecimientos recientes en Wounded Knee" en referencia a un enfrentamiento violento con agentes federales, en un sitio de gran importancia para el pueblo sioux. Además de abucheos, Littlefeather, que en ese momento tenía 26 años, recibió también gestos racistas como el "corte Tomahawk"; un gesto que simula un hacha con la mano y que es visto como degradante por la comunidad indígena.
Lo cierto es que Brando había redactado un discurso más largo, que Sacheen iba a leer, pero la producción de los Oscars no lo permitió. Solo le dieron a la activista 60 segundos.
Casi 50 años, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, que organiza los Oscars, le pidió disculpas a la actriz. Sacheen tenía 26 años en el momento de la premiación. Hoy tiene 75 años y jamás pensó que iba a estar viva para escuchar las disculpas de la Academia.
"El abuso que soportó debido a esta declaración fue injustificado", comienza la carta que el presidente de la Academia, David Rubin, le envió a la activista. "La carga emocional por la que ha pasado y el costo de su propia carrera en nuestra industria son irreparables. Durante demasiado tiempo no se ha reconocido el coraje que mostró. Por esto, le ofrecemos nuestras más profundas disculpas y nuestra sincera admiración", continúa.
Tras leer la la carta, Sacheen señaló: "Con respecto a la disculpa de la Academia hacia mí, los indígenas somos personas muy pacientes. ¡Solo han pasado 50 años! Necesitamos mantener nuestro sentido del humor sobre esto en todo momento".