Estás pasando historias de Instagram como todos los días y de repente caés en un fondo rojo y una frase que dice: “Estar enamorado y que te dejen es peor que morir”. Te fijas de quién es la cuenta: Luis Corbacho, el director creativo de una de las revistas de lifestyle más conocidas del país, El Planeta Urbano. Bueno, volvés a sus historias y ves que sigue contando, con lujo de detalles, el día a día -o el minuto a minuto- de una relación amorosa entre él y un importante funcionario público al que llama Mr Pig (sí, como el Mr. Big de Sex and the City). Mr. Pig está casado con una mujer, sostiene una imagen hétero en su círculo hiper careta, pero va al departamento de Luis y es otro (¿el verdadero?).
Inevitablemente te identificás: todas estuvimos alguna vez atrapados en un triángulo, todas sentimos esa mezcla de amor romántico, obsesión, contradicción, furia y desolación. Así que día a día, fanatizada, seguís desde tu teléfono la novela de la Carrie del AMBA (claro, Luis también es nuestra Sarah Jessica Parker) y Mr. Pig. Pero durante esos meses lo que no podés saber, y te desespera, es quién ese hombre que le robó el corazón a Luis. Ese que pertenece a la esfera política, el que se parece a Tom Cruise, el que usa camisas blancas Rochas y vive en una de las zonas más paquetas de la Ciudad. Ese que le dice a Luis que lo ama pero no se queda. ¿Quién es Mr. Pig? ¿Cómo va a seguir la historia?
Mr. Pig está casado con una mujer, sostiene una imagen hétero en su círculo hiper careta, pero va al departamento de Luis y es otro.
En Querido Diario (Penguin), Corbacho sublima el dolor de la manera que mejor le sale. Cómodo en un lenguaje cercano y picante, escribe una novela corta que deambula entre el humor, el cinismo y la ternura, un arrojo de escenas y diálogos exactos que genera total adicción en el lector. Lectoras en general. Según le contó a Diario Con Vos, algo así como el 98% de los mensajes que recibe son de mujeres, y es más: muchas chicas aseguran nunca haber leído un libro, sin embargo a esta novela no la pudieron soltar.
A lo largo de 10 capítulos, y con total honestidad, el autor habla de su atracción por el poder y aporta una mirada quirúrgica sobre los lugares comunes de los sectores más privilegiados. Un universo que le atrae intensamente y rechaza, en partes iguales.
Mientras Querido Diario está en el podio de ventas de libros digitales -un formato corto y compatible con dispositivos con el que la gente “se re copa”-, en esta nota Corbacho habla del romance que tuvo en vilo a miles de seguidoras en Instagram y explica cómo esa catarsis digital se transformó en novela.
-¿Mr Pig existe?
-Claro, si si. Todo es cierto.
-¿No tuviste miedo? ¿Alguien te dijo: “te estás zarpando, no lo publiques”?
-No tengo el gen del miedo con esas cosas. Mis miedos son otros. Pero sí, me lo dijeron. No hice el libro calculando cómo cagarle la vida a alguien, con un fin mediático o político, o para vengarme. Lo hice porque es mi modo de canalizar lo que me pasa.
No hice el libro calculando cómo cagarle la vida a alguien, con un fin mediático o político o para vengarme.
Aunque en un tramo del libro Corbacho cuenta que él y Mr. Pig fueron criados con "la misma coraza", él no se percibe como alguien al que le costó expresar plenamente su sexualidad. “Igual que con el miedo, soy bastante especial, nunca estoy pendiente del qué dirán. Viví en un ambiente superconservador, pero nunca fui respetuoso de eso”, dice alguien que comprobó, en sus 44 años, que “hay gente que puede y gente que no”. Mr. Pig parecería ser de los que no.
-Todo el tiempo observás los modelos de estatus con cierta fascinación, sin embargo los criticás. Y, a la vez, contás que ni sabés cuánta plata tenés en el homebanking, que solo te importa comprar ropa y viajar ¿Cómo conviven esas emociones en vos?
-Es una dualidad perversa y permanente en mi vida que no sé por qué me sucede. Es un zig zag en el que siempre estuve inmerso. Por ejemplo, me hago amiga de un grupo de chetas y vamos a la superfiesta: re encajo y al rato las termino odiando porque me parece todo una pelotudez. Me pasa lo mismo con los tipos: estuve saliendo con un diplomático y por momentos pensaba “qué lindo ser la mujer de un diplomático” y al rato de nuevo: “qué pelotudez”.
Por momentos pensaba: 'qué lindo ser la mujer de un diplomático', y al rato: 'qué pelotudez'.
-En redes manejás un humor que no todes parecen entender. Por ejemplo con el “Hola Pobres” (un gag que usa Luis cuando comparte fotos de las supermillonarias de Hollywood) ¿Qué te pasa cuando te cuestionan este tipo de cosas?
-Yo prefiero tener menos seguidores pero que me entiendan. No me interesa ser masivo pero que no se identifiquen con lo que hago. Y eso se reflejó en la venta del libro que enseguida estuvo número uno en el Apple Store de Argentina: evidentemente hay mucha gente que se reconoció ahí. Prefiero ser rebelde y chiquito que hablarle a gente que no tiene nada que ver conmigo.
“Lo que menos me interesa es la crítica literaria”
-Cuando presentaste Yo No Quiero Ser Ricky Martin (Penguin 2021) dijiste que preferías ser “millonaria a reconocida” ¿Te sigue pasando?
-Es que están los escritores tipo Juan Sklar o Mariana Enríquez que son un amor, pero como que yo ‘ni idea’. Nunca voy a pertenecer a eso, así que prefiero vender y que la gente me lea. En definitiva eso es lo que me importa, no que me apruebe la academia.
-¿Es cierto que no te corregís?
-Como es tan visceral lo que escribo, no vuelvo a releerlo porque me agobia. A Querido Diario le hice una repasada en el avión. Trabajo de editor, estudié eso, corregí un montón y sé hacerlo. Pero con mis textos no. Me angustia.
-Todo este relato nació de historias de Instagram en las que contabas lo que te iba pasando ¿Cómo fue el proceso para convertirlo en un libro?
-Sí, primero sucedió en las redes y después me senté en la computadora. En siete días escribí estos diez capítulos. Me da vergüenza y gracia decirlo pero fue así. Lo que menos me interesa es la crítica literaria, lo único que me importa es que quienes lo leyeron estén contentos y todos los mensajes que me llegan son de amor y de gente a la que le encantó el libro.
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Wanda Nara
“Nueva rica. Representa un imaginario social que a mi me causa repugnancia: alardear de una cartera me parece una estupidez. Justamente el ´hola pobres´ es una ironía a eso. Los que lo entienden mal piensan que yo estoy halagando a ese tipo de modelos. En Argentina ella es el ícono de ésto, en Estados Unidos son las Kardashian. Me parece una gronchada todo lo que hace y aparte la odio porque soy amigo de la China”.
China Suárez
“La amo. Es muy leal, entiende mi humor, es muy generosa, bella, talentosa y una gran actriz. No se merece todo lo que sufrió cuando pasó lo que pasó. Igual, ella está en su mundo y no tiene drama”.
Yanina Latorre
“Siempre fue re buena mina conmigo, pero de nuevo: representa el wanadanarismo que tanto rechazo. Me molesta esta actitud de nueva rica que se cree superior. Cuando fue el caso de Lola Meyer -que surgió el tema de todo lo que gastan las chicas de los colegios de Belgrano-, y con lo que pasó con la China, me di cuenta de que ahora no podría seguir teniendo la buena onda que tuvimos”.
Moria Casán
“Entiende todo. Yo fui vayaino varias veces y es una capa, una ídola. Registra todo, recuerda todo, tiene un perfil súperintelectual. Es una número uno”.
Marley
“Me molesta que todo el mundo sabe que es gay y no lo dice. No puedo entenderlo. No me gusta sacar del closet a nadie, pero es algo que está implícito y no se dice porque Telefe, las marcas, la familia… Entonces, para mí, eso contribuye a la homofobia”.
Santi Maratea
“Más allá de si me cae bien o no, me encanta que haga algo útil”.
Malena Pichot
“Me parece súpertalentosa, me muero de risa con ella. Pero esta cosa de demonizar el consumo, Miami, todo eso, y a su vez disfrutar de los beneficios que tiene por haber nacido en una familia rica, no lo entiendo. Pero la admiro un montón”.
Rodrigo De Paul
“Me parece guapísimo, un potrazo. No me gusta el fútbol pero los futbolistas son las estrellas más grandes que tiene el mundo. Hay una pasión que es indescriptible. Nadie mueve más que los futbolistas, y si encima le añadís romance con una celebridad como Tini es inevitable el revuelo”.
Podés leer un fragmento de Querido Diairo acá.