Era casi la una de la tarde del martes cuando Daniel Luciani, el fiscal de la causa Vialidad, quedó en evidencia casi sin quererlo. Luciani estaba compartiendo datos técnicos por su pantalla en la videollamada de Zoom, en la audiencia por la "causa Vialidad" que tiene como principal acusada a Cristina Kirchner. Hasta que mostró el siguiente comentario:
"Sobre este punto nos detendremos más adelante pero quiero destacar que tal como vemos en la planilla consta una nota a la que hicimos referencia en la cual dice que la columna siete queda reservada para el uso de la inspección de la A.G.V.P" (Administración General De Vialidad Provincial).
El fiscal lo dijo como si fuera espontáneo en vez de leído y continuó con la información técnica sin que ninguno de los jueces señalara nada anormal.
¿Cuál es el problema de que el fiscal lea, fingiendo espontaneidad, en vez de hablar sin ningún papel? El Código Procesal Penal establece en el artículo 393 que "no podrán leerse memoriales" durante los alegatos.
La virtualidad entorpece distinguir si quienes exponen en el "edificio judicial" que funciona ahora en Zoom están leyendo algo más que cuadros y escritos, que cuentan como exhibición de pruebas.
Lo que no especifica el Código Penal son las consecuencias de romper dicho artículo. De hecho, deberían ser los jueces del Tribunal Oral Federal 2 los que señalen la irregularidad, según el artículo 370 de la misma norma, y establezcan el camino a seguir.
Jorge Gorini fue el presidente del tribunal estos días, luego de que Cristina Fernández de Kirchner recusara a Rodrigo Giménez Uriburu. Algunas defensas reclamaron volver a la presencialidad, pero los planteos fueron rechazados sin mayores explicaciones.
