En medio de rumores sobre su llegada al Gabinete de ministros, Sergio Massa llegó hasta la Quinta de Olivos para reunirse con el presidente, Alberto Fernández.

El legislador negoció su rol en un nuevo diseño del gabinete y exigió garantías de poder sobre todo el equipo económico del gobierno.

Para convertirse en el nuevo "súper ministro" de Economía, Massa puso como condición contar con el apoyo monolítico de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, con una reestructuración del gabinete más allá del recambio de nombres.

La reestructuración contemplaría una nueva reducción de ministerios, en sintonía con la exigencia del Fondo Monetario Internacional. Las carteras de Estado pasarían de ser 20 a ser sólo 12, uno más de los que eran al término de la gestión de Mauricio Macri.

Además, hay dudas sobre la continuidad de Miguel Pesce al frente del Banco Central. El funcionario ya fue vetado también por el kirchnerismo y tampoco contaría con el apoyo de Massa para continuar al frente de la autoridad monetaria. El Frente Renovador ya ubicó a Guillermo Michel al frente de la Aduana y el massismo podría pasar a controlar también la AFIP.

En el esquema de "súper ministerio" que Alberto y Massa analizaron en Olivos, tanto el Banco Central como la AFIP, la Secretaría de Comercios y los Ministerios de Desarrollo Productivo, Agricultura, Ganadería y Pesca así como Turismo, quedarían subordinados a la jefatura de Massa en Economía.

Tras la reunión, el presidente Alberto Fernández se desplazó hasta la Casa Rosada para reunirse con la ministra Silvina Batakis, que llegó esta mañana desde Estados Unidos.