El dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) Juan Grabois viajó ayer a Salta para apoyar una manifestación de la comunidad wichi que cortaban la ruta en la zona de General Mosconi para visibilizar la situación de vulnerabilidad que viven y protestar por la muerte de una niña de dos años.
En ese contexto, mantuvo una discusión en plena ruta con una mujer que criticaba la protesta por quedar demorada en el corte. Grabois salió a defender la medida muy indignado y denunció que en ese lugar ocurren "crímenes de Estado".
"Muchos criollos que discriminan son cómplices. Es una barbaridad, son cómplices, ustedes son cómplices de los crímenes de Estado”, remarcó mientras el padre de la niña también estaba allí presente.
La mujer respondió insistiendo en que también ellos ayudan: "Grabois, es fácil venir de una ciudad como Buenos Aires a cruzarnos el pueblo”. Mientras el dirigente seguía pidiendo que "respete el dolor de un padre".
Y agregó: “Ya los veo poniendo soja, tirándoles glifosato, discriminando a la gente, diciendo que a los chicos los matan ellos mismos. Acá la discriminación la veo y si el compañero está reclamando porque mataron a su hija en un hospital y hay un tipo que le acaban de matar la hija en otro hospital, hay que bancársela”.
La discusión continuó en la ruta mientras la mujer decía: “No podemos ser culpables de la circulación” y Grabois le respondía: “¿Qué quiere? ¿Que sigan matando a los chicos? La gente se muere de hambre porque no tiene para comer, no porque los padres quieren que se muera. ¿A vos se te murió un hijo la semana pasada? Pero, ¿se te murió un hijo? Bancá un poco que puedan resolver el problema”.
La gente se muere de hambre porque no tiene para comer, no porque los padres quieren que se muera.
Antes de que la mujer, que también aseguraba ser madre de niños que necesita alimentar trabajando, se retire finalmente. El padre de la niña le explicó: “Doña, no los vamos a dejar pasar. A mí me falleció mi hija, yo traté de cuidarla, no se murió por bajo peso. El problema es este hospital y nosotros queremos que se retire”.
La menor por la que la comunidad wichi reclama se llamaba Clarisa y tenía dos años. Había sido atendida en el Hospital Mosconi por un cuadro de "desnutrición", pero desde el centro de salud denunciaron que la habían "fugado" tiempo más tarde. Sus familiares afirman haber sido maltratados y que no podían comunicarse por que nadie entendía wichi en la institución.
