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Comer & Beber

El restaurante peronista que propone “el mejor pastel de papa del mundo”

La Capitana

Los años de oro del peronismo coincidieron con la fiebre de la cultura norteamericana y eurocentrista de la posguerra: los ideales, las tradiciones y las aspiraciones de libertad e igualdad social se respiraban en los círculos de todas las clases sociales argentinas. Desde la más baja, a la más alta. Algo de esto es lo que quiere revivir La Capitana, el nuevo restaurante-bodegón que abrió en el barrio porteño de Almagro y que homenajea nada menos que a Eva Perón.

A diferencia de otras propuestas gastronómicas con temáticas peronistas, La Capitana nos traslada a los bares más exclusivos de mediados del siglo XX. Con una estética refinada, muebles de época y una carta que combina la elaboración de platos clásicos argentinos con un toque de sofisticación, el restaurante presenta una experiencia apta para quienes son “compañeros”, como para quienes no lo sean.

La Capitana
La capacidad de La Capitana se podría duplicar con la próxima apertura de su terraza parcialmente techada.

La Capitana Bodegón & Vermutería queda en Guardia Vieja 4446, una calle muy tranquila que tiene a tres cuadras Avenida Córdoba y a dos a la Avenida Corrientes. Ya desde la fachada, el lugar pasa desapercibido. Al no haber otros restaurantes en la zona, la antigua casona se camufla con el resto de la cuadra.

Tras tocar el timbre, un mozo abre la altísima puerta de hierro e invita a un recibidor que funciona a modo de lugar de espera. Unos sillones antiguos y una vitrina con objetos peronistas van creando el clima de época. Inmediatamente después, se abre una segunda puerta junto a un telón de terciopelo rojo y se realiza el viaje en el tiempo.

Luz tenue y cálida, una gran barra de madera, boleros de Omara Portuondo e Ibrahim Ferrer y muchas fotos de Eva Perón reciben a los comensales en un salón con una capacidad para unos cuarenta cubiertos. La propuesta gastronómica es concreta: platos clásicos, casi sacados del libro de Doña Petrona, con buenas recetas, buena elaboración, buena materia prima y valores equilibrados. El precio medio por persona ronda los $3500, incluyendo bebida, plato principal y postre.

La Capitana
Los mozos recibieron una capacitación especial para que sepan ofrecer las mejores combinaciones entre comida y bebida.

Su dueño, Nicolás Quirno Costa, un militante peronista de San Martín de Los Andes que tenía un restaurante mexicano en el sur y lo vendió para fundar La Capitana, asegura que logró materializar el proyecto con el que soñó gran parte de su vida. La reivindicación de la figura de Eva Perón está en todos lados: en los manteles, en los vitrales de las ventanas y hasta en las gigantografías, en altísima calidad, que están en las paredes.

“Eva termina saltando la grieta. Acá pueden venir perfectamente personas que no sean peronistas”, comenta Quirno Costa mientras se encarga de remarcar que es falso el preconcepto de que, quienes enarbolan ideas de igualdad social tienen que vivir casi en la pobreza. “La historia de Eva enseña otra cosa”, agrega.

Milanesa con papas fritas
Todos los platos pasan por el gran el horno de barro, incluso aquellos que se fríen previamente.

En la carta se incluyen una serie de platos tradicionales, junto a opciones veganas y sin TACC para quienes no pueden o no quieran comer alimentos con gluten. Sin embargo, se destaca uno de ellos: el pastel de papa.

Según dice la leyenda, Juan Domingo Perón era fanático del pastel de papa. Por eso, en su honor, se embarcaron en el desafío de hacer “el mejor pastel de papa del mundo”. Tiene una capa de puré bien cremoso, consistente, suave, con mucha manteca y muy sabroso. El relleno es de carne braseada y desmechada con una salsa barbacoa casera en el horno de barro que es un símbolo de la cocina del restaurante. Finalmente, está gratinado con queso ahumado por encima en ese mismo horno. Está muy bien condimentado, no le hace falta agregarle sal o pimienta, pero eso queda a gusto de cada uno.

Pastel de papas
Si bien se enfocan en cada plato, el objetivo de La Capitana es tener "el mejor pastel de papa del mundo".

En cuanto a las bebidas, La Capitana tiene una serie de vinos preseleccionados por expertos sommeliers con una opción de cada varietal para maridarla con los distintos platos principales. De hecho, tienen varios tragos de autor con vino, vermouth y cerveza artesanal. Para acompañar estos dos últimos, la recomendación son las “Caricias de maíz”, una especie de nachos gruesos con una masa carnosa, firme y sabrosa.

Finalmente, la carta de postres es acorde al resto del lugar. Tienen desde el famoso postre vigilante, hasta un buen flan casero con dulce de leche. Sin embargo, su dueño consideró que había que incluir un tiramisú, pese a no ser de la época peronista.

Bartender y coctelería
Entre los cocteles de autor, se destaca el denominado "No me olvides", en honor a las flores que identificaban a los peronistas.

La Capitana es un lugar estéticamente muy bien cuidado, con una carta acotada, pero suficiente, que invita a participar de una experiencia de la mejor gastronomía de los años ’50. La política es el gran tema de conversación en cada una de las mesas y de, incluso, comensales de otras que se acaban de conocer. Puede pasar que algunos se pongan a cantar la marcha peronista, pero no es un impedimento para que peronistas y no peronistas disfruten de un buen momento.