Sábado, 20 de Abril de 2024 Cielo claro 22.0 °C cielo claro
 
Lunes, 11 de Octubre de 2021 Cielo claro 22.0 °C cielo claro
 
Dólar BNA: $914
Dólar Blue: $1015
Columnistas

Como en la Guerra Fría: la basquetbolista estadounidense que está presa en Rusia

A Brittney Griner la detuvieron en el aeropuerto de Moscú con cartuchos de aceite de cannabis. Enfrenta hasta 10 años de cárcel. El apoyo de sus compañeras y de LeBron James. Y el plan para inercambiarla por “El Mercader de la Muerte”.

Estados Unidos atraviesa una semana agitada en materia política. La inflación llegó al 9,1%, la mayor en 40 años, siguen las audiencias en la comisión que investiga la toma del Capitolio de enero de 2021, un ex asesor de Donald Trump aseguró que participó en el armado de distintos golpes de Estado en el extranjero y cae la confianza en el presidente Joe Biden, de gira por Israel. Esa convulsión también incluye el juicio que se le está realizando en Rusia a Brittney Griner, la mejor basquetbolista del mundo, por posesión y contrabando de drogas: puede recibir una condena de hasta 10 años de cárcel en el peor momento de la relación bilateral desde la Guerra Fría.

Griner jugando para su país.

El 17 de febrero Griner estaba por tomar un avión en Moscú para sumarse a los entrenamientos de su equipo en la WNBA, Phoenix Mercury, tras jugar la temporada europea con el UMMC Ekaterinburgo ruso, donde ganó tres ligas locales y cuatro europeas. Ahí le encontraron cartuchos para vaporizador con aceite de cannabis, prohibido en Rusia incluso para el uso recreativo. Griner debía viajar a su país para iniciar las prácticas de cara a la temporada 2022, pero pasaron varios días hasta que se supo de su detención y los diplomáticos pudieron tomar contacto con ella.

Su encarcelamiento es visto como un efecto colateral de la invasión de Rusia a Ucrania, que empezó una semana después de su aprehensión y que tiene a Biden como aliado del gobierno ucraniano. Inicialmente, tanto su familia como la administración demócrata mantuvieron una postura de bajo perfil a la expectativa del trabajo diplomático, pero en mayo el Departamento de Estado calificó su situación como injusta y puso el tema bajo control del Enviado Presidencial Especial para Asuntos de Rehenes del departamento, que maneja la negociación para la liberación de rehenes y estadounidenses detenidos.

https://twitter.com/Radioestadio/status/1546397274183503872?s=20&t=MHw871TKe_arfwWoatJ39A

Influyó también la presión interna ejercida desde las jugadoras y entrenadoras de la NBA. Cuando comenzó el torneo sus iniciales y su número, el 42, se pudieron ver a los costados de los doce estadios donde se juega. El fin de semana pasado, en el Juego de las Estrellas de la WNBA, todas las jugadoras salieron al segundo tiempo con sus camisetas con el nombre y número de Griner.

¿Por qué la debemos llamar rehén? Violó la ley rusa.

Dmitri Peskov, vocero del Kremlin

En junio, Rusia negó estas acusaciones y afirmó que ella cometió un delito. "No la podemos llamar rehén. ¿Por qué la debemos llamar rehén? Violó la ley rusa. Ahora la están persiguiendo penalmente", sostuvo Dmitri Peskov, vocero del Kremlin a la cadena MSNBC. Para la jugadora, la expectativa de una absolución es ínfima, en un país donde menos del 1% de los acusados no termina condenado.

En Estados Unidos sostienen que su detención es ilegal, que es una estrategia de Rusia y sobre todo que sucede porque es mujer, negra y lesbiana. Tras dominar la liga universitaria, donde promedió 22 puntos, casi 9 rebotes y 5 tapones y fue campeona con Baylor en 2012, fue elegida en el primer lugar del Draft por Phoenix Mercury. Comparte equipo con Diana Taurasi, considerada la mejor de la historia. Juntas, fueron campeonas en los últimos dos mundiales y Juegos Olímpicos. En su primera entrevista con Sports Illustrated tras la elección, Griner contó que era homosexual. Actualmente está en pareja con Cherelle Watson, con quien se casó en 2019.

Griner en el UMMC Ekaterinburgo, el equipo ruso.

Su compañera Sophie Cunningham se quejó diciendo que “si esto le pasara a LeBron James o Tom Brady, habría noticias de ellos todos los días”, mientras que su entrenadora Vanessa Nygaard fue aún más contundente: “si fuera LeBron, ya estaría en casa”. El Rey, que no se había pronunciado tan enfáticamente, tiene un podcast llamado The Shop (se estrenó ayer) donde se cuestiona: "¿Puede sentir ella que América le ha dado la espalda? Yo me sentiría así. '¿Querría yo volver a los Estados Unidos?". Al día siguiente que se publicó el adelanto, para equilibrar, tuvo que aclarar que no quiso sonar antipatriota.

¿Ella puede sentir que América le ha dado la espalda? Yo me sentiría así.

LeBron James

Desde la Casa Blanca aseguran que Biden sigue el caso y se llegó a hablar de un intercambio de prisioneros, como en abril, cuando Trevor Reed, estudiante condenado a nueve años, volvió al país a cambio del piloto ruso Konstantin Yaroshenko, condenado a 20 años por narcotráfico.

En Rusia se especula que Griner podría ser canjeada por Viktor Bout, el traficante apodado “El Mercader de la Muerte”, quien cumple una pena de 25 años por conspirar para matar ciudadanos estadounidenses y vender armas a las FARC colombianas. También podrían sumar a un exdirector de la Marina estadounidense.

“Mi prioridad es que los estadounidenses que están detenidos ilegalmente en Rusia regresen al país de alguna forma. No daré detalles, sólo diré que es una prioridad absoluta”, admitió Anthony Blinken, secretario de Estado.

Hay sectores republicanos que utilizan su caso para acusar a los demócratas: afirman  que si esto sucedía con Donald Trump, ya se hubiese solucionado. Son los mismos que también se quejaban, y lo recuerdan ahora, que tras el asesinato de George Floyd en 2020, fue Griner quien pidió que no se tocara más el himno antes de los partidos como repudio a un sistema que los oprimía. Esta semana Sebastián Gorka, ex asesor de Trump, tuiteó: “Te apuesto que ahora sí quiere escuchar el himno”.

Se llegó a hablar de un intercambio de prisioneros, como en abril, cuando Trevor Reed, estudiante, volvió al país a cambio del piloto ruso Konstantin Yaroshenko.

El juicio comenzó el 1° de julio y la semana pasada Griner habló por primera vez. Se declaró culpable y afirmó que “no tenía intención” de infringir ninguna ley rusa. “Tenía prisa por empacar. Y los cartuchos accidentalmente terminaron en mi bolso”, dijo ante los jueces.

Tres días antes se conoció una carta que le mandó a Biden por el 4 de julio. “Estoy aquí sentada en una prisión rusa, sola con mis pensamientos, sin la protección de mi esposa, mi familia, mis amigos, sin mi camiseta olímpica ni ninguno de mis logros. Estoy aterrada de que deba estar así por siempre. Soy consciente de que usted está lidiando con muchas cosas pero, por favor, no se olvide de mí y de los otros detenidos. Por favor, haga todo lo que pueda para llevarnos a casa”. El juicio podría durar hasta fin de año -su prisión preventiva fue extendida hasta diciembre- y recién con una condena podría plantearse la posibilidad de un indulto y un intercambio. El jueves pasado, el director del Ekaterimburgo y una de sus compañeras declararon como testigos y destacaron la importancia que tiene para el básquet ruso.

Griner en el show de Conan O´Brien:

Griner, hija de un veterano de Vietnam y un ama de casa, empezó jugando al voley y al fútbol hasta que a los 12 años debutó en el básquet. Medía 1,82m y en su primer año en el secundario, sin base previa, terminó en la temporada debut con 10 puntos de promedio. Para el segundo año comenzó a entrenar con el equipo masculino y con un preparador físico de fútbol americano para mejorar su potencia. Llegó a la Universidad, donde fue campeona de la NCAA con Baylor, cuando ya medía 1,96m, desde donde trepó hasta los 2,06m actuales para dominar y redefinir un deporte que la tiene como estandarte. Tan buena es que en 2021 sonó para sumarse a los Dallas Mavericks de la NBA y jugar contra los hombres.

Mientras pelea judicialmente en un país que le es hostil y la usa para el ajedrez político internacional, también lo hace para que en el suyo no la olviden ni la dejen de lado.

Está pasando