El exdirector técnico de la selección nacional de básquet, Julio Lamas, contó por qué ese equipo se convirtió en la generación dorada: "No hubo que forzarlo, se dio de manera natural", dijo. Además, habló de cómo fue dirigir a Emanuel Ginóbili, de por qué ama tanto al básquet y de cuáles sus proyectos después del retiro.
Me enamoré a los 9 años del básquet y hoy cuando veo una jugada hermosa me paro en el sillón.
"Amo profundamente al básquet es un juego muy inteligente, hay que tener un montón de información en la cabeza y usarla. Es un juego emocionante, el tanteador cambia permanentemente", empezó diciendo Lamas en diálogo con Mejor País Del Mundo por Radio Con Vos, y agregó: "Me enamoré a los 9 años del básquet y hoy cuando veo una jugada hermosa me paro en el sillón".
El exdirector técnico se refirió tambien al máximo ídolo de la selección de bastquet, Manu Ginóbilli y dijo que fue "el mejor jugador" que dirigió. "Es uno de los deportistas de la historia, está en el hall de la fama de NBA, ya con llegar al entrenamiento y verle la cara es positivo", agregó.
Lamas estuvo al frente de la selección desde 1997 hasta 1999 y desde 2011 a 2014, donde dirigió a la mejor generación de la historia y ganó un titulo. "En este equipo los jugadores empezaron de pibitos, su interés era jugar en la selección. Jugar entre ellos como compañeros con la camiseta de la selección era su objetivo. No hubo que forzarlo, se dio de manera natural", dijo sobre aquella generación ganadora de la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Nunca podría dirigir fútbol porque no sé de fútbol.
Luego de un largo recorrido por varios clubes e incluso de dirigir a la selección japonesa, Lamas decidió retirarse. "Tomé la decisión porque en estos 33 años las mudanzas y la ausencia de la casa me desgastaron. Quería poder manejar mi tiempo de otra manera", dijo, y confesó que sueña con "trabajar en la gestión deportiva o como comentarista". Además, avisó entre risas que "nunca podría dirigir fútbol porque no sé de fútbol".