A más de un año del ataque al Capitolio estadounidense, que tuvo lugar el 6 de enero de 2021, revelaron que Donald Trump y sus funcionarios eran conscientes del riesgo de violencia de parte de sus seguidores.
Cassidy Hutchinson, una ayudante del entonces jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, testificó este martes ante el comité de la Cámara Baja de EEUU que investiga el asalto al Capitolio de ese día, y ofreció detalles del grado de conocimiento que Trump y su equipo tenían de las posibilidades de violencia.
Según el relato de Hutchinson, el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, le aseguró unos días antes del 6 de enero que esa fecha iba a ser “grande”, mientras que su jefe, Meadows, le confesó que las cosas podían ir “muy, muy mal” en esa jornada.
El discurso de Trump y su responsabilidad en el ataque
El mismo 6 de enero, Trump pronunció un discurso que enardeció los ánimos, ya que apoyó que sus seguidores marcharan al Capitolio, en medio de sus denuncias infundadas de fraude electoral. Hutchinson explicó que, en ese momento, le alertaron al ex presidente que algunos de los presentes tenían armas de fuego, a lo que respondió “No han venido aquí a hacerme daño a mí”.
Además, según remarcó la ex ayudante de Meadows, los abogados de Trump habían intentado, sin éxito, bajar el tono del discurso para evitar que se usasen términos como “luchar”.
Poco después, cientos de simpatizantes irrumpieron en el Capitolio mientras se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras para ratificar la victoria electoral de Biden. Cinco personas perdieron la vida en esos sucesos, entre ellas un agente que sufrió un infarto horas después del asalto.
Hutchinson denunció que Trump intentó ponerse al volante de una limusina presidencial para sumarse a sus partidarios. “Soy el maldito presidente, llévame al Capitolio ahora”, dijo Trump, según Hutchinson, quien dijo que otro funcionario de la Casa Blanca le contó la historia.
