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Columnistas

Lacoste, el “Piluso” que manejó el fútbol en dictadura

La Copa del Mundo de 1978 tuvo en Carlos Lacoste a un protagonista excluyente fuera de la cancha. Primo de la esposa de Videla, hombre de Massera y amigo de Galtieri, “Piluso” manejó el fútbol argentino con puño de hierro tras el Golpe de Estado y se hizo de una caja enorme a fuerza de sangre.

El 25 de noviembre de 2004 se cumplieron veintiséis años del triunfo 3-1 del seleccionado de César Luis Menotti frente a Holanda en el Mundial de Argentina. Ese día Mario Kempes entró en el pabellón de los inmortales del fútbol argentino al lograr algo que ni Diego Maradona ni Lionel Messi -todavía- alcanzaron: hacer, no uno, sino dos goles en una final del mundo. Ese mismo día, a 40 kilómetros del Estadio Monumental donde se jugó la final, fue enterrado el contraalmirante Carlos Lacoste, que murió un día antes a los 75 años. Paradojas del destino, lo sepultaron en un aniversario del torneo que organizó de manera oscura y le costó su carrera como dirigente.

Lacoste nació en 1929 en Buenos Aires, fue al Colegio Nacional Buenos Aires, a los 16 años se anotó en la Escuela Naval y en 1948 egresó como guardiamarina. Allí fue contemporáneo de Emilio Massera, un año más arriba, quien luego lo apadrinó en el fútbol. En 1974 lo envió como su emisario a la Comisión de Apoyo del Mundial 78, que estaba bajo el mando de José López Rega, entonces ministro de Bienestar Social, cargo que Lacoste ejerció a principio de los años ´80 cuando la cartera mutó a Acción Social.

Lo sepultaron en un aniversario del torneo que organizó de manera oscura y le costó su carrera como dirigente.

El golpe del 24 de marzo de 1976 agarró al seleccionado de Menotti de gira por Europa, donde ya habían vencido a la Unión Soviética con una actuación memorable de Hugo Gatti, el día que debutó Daniel Passarella. Mientras el país amanecía con el enésimo gobierno militar, Argentina le ganaba 2-1 a Polonia en Chorzow con goles de Héctor Scotta y René Houseman. El partido fue transmitido por Canal 7 gracias a una autorización especial de la Junta y fue relatado por Fernando Niembro.

Paulino, el padre del periodista, era el hombre fuerte de la AFA en esos años junto a Horacio D´Angelo, presidente de Lanús y miembro de la Unión Obrera de la Construcción, UOCRA. Histórico dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, ex diputado y presidente de Nueva Chicago hasta 1975, Niembro había puesto al frente de la AFA a David Bracuto, mandamás de Huracán y hombre de la UOM. El 29 de marzo Lacoste irrumpió en Viamonte 1366, se reunió con los dirigentes y con un revolver sobre la mesa le exigió la renuncia a todo el Comité Ejecutivo para el 1° de abril.

El 29 de marzo del 76 Lacoste irrumpió en Viamonte 1366, se reunió con los dirigentes y con un revolver sobre la mesa le exigió la renuncia a todo el Comité Ejecutivo.

Al mismo tiempo, Niembro padre estaba en Córdoba con el alemán Herman Neuerberger, representante de FIFA, recorriendo obras del Mundial cuando recibió el llamado de Rafael Aragón Cabrera, presidente de River, club del que era hincha Lacoste. “Oíme, Paulino, tenés que volverte enseguida a Buenos Aires. Quieren la renuncia de todos nosotros, pero especialmente quieren la tuya”, fue lo que le dijo el Gallego, según relata Pablo Llonto en su libro La vergüenza de todos.

La AFA peronista había mutado en la AFA procesista

Cuando volvió decodificó que no tenía respaldo y que la AFA peronista había mutado en la AFA procesista. La dictadura lo detuvo en la cárcel de Villa Devoto.

Sin embargo, el botín que Lacoste y la Armada querían era el Ente Autárquico Mundial 78 que había creado la Dictadura para sacar a la AFA del manejo del torneo. Videla, cuya esposa, Alicia Hartridge, era prima de Lacoste, había designado al general retirado Omar Actis al frente. En condiciones que al día de hoy no han sido aclaradas, el militar murió acribillado en Wilde el 19 de agosto. El Gordo, como lo llamaban, no fue al velatorio, pero sí Videla, cuyo semblante evidenció el poder de esa derrota. El libro Alte. Lacoste, ¿Quién mató al Coronel Actis?, de Eugenio Méndez, teorizaba sobre su responsabilidad en el hecho.

Rápido de reflejos, Massera colocó a Lacoste al frente del organismo y cuatro días después del asesinato dio una conferencia de prensa para comunicar la llegada del Poder Ejecutivo al EAM 78.  Si bien nunca hubo una rendición formal, se estima que la Copa del Mundo costó entre 500 y 700 millones de dólares. Cuatro años después España gastó sólo 120 millones de la moneda verde. Como dice el poema de Joaquín Bartina, “si quieres ser feliz, como dices, no analices”.

Tras la salida de Bracuto y un breve interinato de Alfredo Wiedrich, gerente de AFA, el 3 de mayo eligieron a Alfredo Cantilo, dirigente de Velez. En 1979, ya como hombre absoluto del fútbol, Lacoste incidió en la llegada de Julio Grondona a la presidencia. El favorito era Aragón Cabrera, pero lo bajó porque “a duras penas puede con River”. Ignacio Ércoli, de Estudiantes era la segunda opción, pero no lo aprobó argumentado que “no quería viajar a Buenos Aires todos los días”. Don Julio dirigía Independiente, era parte del Comité Ejecutivo y estaba en la Comisión de Selecciones.

La devolución vino cuando Lacoste quiso llegar a FIFA. Ese año no pudo porque no era parte de ningún club o federación, así que lo nombraron vicepresidente de Conmebol en reemplazo de Santiago Leyden, de Ferro, y en 1980 Grondona lo propuso como vicepresidente de FIFA, a donde estuvo hasta 1984. Ese año dejó el cargo, pero no porque había caído la dictadura – “la AFA no lo puede sacar porque representa a Conmebol”, argumentaba Julio–, sino por malversación de fondos. Ya en democracia la Fiscalía de Investigaciones Administrativas lo denunció por administración fraudulenta del dinero del Mundial y enriquecimiento ilícito. Joao Havelange lo defendió y declaró que lo había prestado plata para comprar un inmueble en Punta del Este. En 1994 la revista Playboy Brasil publicó que los dos estaban vinculados a una red de tráfico de armas. La causa había comenzado en 1982 por los dichos de Juan Alemann, es secretario de Hacienda, que había denunciado que Lacoste había dilapidado una fortuna en el torneo. Vale recordar que tras el cuarto gol de Argentina sobre Perú en 1978, que lo clasificaba a la final, una bomba estalló en la puerta de la casa del economista, que estaba en contra de gastar tanto dinero.

Se estima que el Mundial ´78 costó entre 500 y 700 millones de dólares. Cuatro años después, España gastó sólo 120 millones.

A pesar de su renuncia, Lacoste siguió en la comisión del Mundial 86 y vio el triunfo del equipo de Carlos Bilardo, a pesar de las denuncias de la prensa internacional. También fueron conocidos sus aprietes, como cuando en 1979 mandó a llamar a Ubaldo Fillol a su oficina porque no quería firmar la renovación con River. Un año después fue el turno de Benedetto Mosca, dueño de editorial Abril, que editaba la revista Goles: y pidió la cabeza de los periodistas que lo criticaban y habían entrevistado a Adolfo Perez Esquivel. En 1981 amenazó al dirigente Pablo Abbatangelo para que Diego Maradona no vaya a Boca y sí a River, gestión que naufragó.

En 1981 amenazó al dirigente Pablo Abbatangelo para que Diego Maradona no vaya a Boca y sí a River.

Su punto más alto fue en 1981, cuando durante once días fue presidente de facto en reemplazo de Roberto Viola mientras le calentaba la silla a su amigo Galtieri, que lanzó la Guerra de Malvinas antes del Mundial de España, mientras él era dirigente de FIFA.

Sindicado por Adolfo Scilingo como parte de los Grupos de Tareas de la ESMA, se lo investigó por violaciones a los derechos humanos, pero no pagó judicialmente, ya que la biología hizo su curso antes. Tampoco explicó qué pasó con el dinero del Mundial ´78.