La empresa alemana Bayer AG está en graves aprietos luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos confirmara la condena millonaria por las graves consecuencias de un herbicida.
Edwin Hardeman es un residente de California que a raíz de un cáncer decidió demandar a Bayer por el herbicida Roundup, hecho a base de glifosato. Harderman afirma que el uso del herbicida le provocó la grave enfermedad y un tribunal inferior dictaminó el pago de una indemnización de 25 millones de dólares.
Bayer, la empresa alemana que compró Monsanto en el 2018, decidió apelar la decisión. Sin embargo, la Corte Suprema norteamericana confirmó la condena millonaria.
La decisión del máximo tribunal implica un duro golpe para Bayer, ya que la empresa maniobra para limitar su responsabilidad legal en miles de casos. Los magistrados tienen pendiente una segunda petición sobre un asunto relacionado que podrían resolver en las próximas semanas. En mayo, el presidente Joe Biden pidió a la Corte no escuchar la apelación de Bayer. De este modo, Biden revirtió la posición del gobierno adoptada previamente por el ex presidente Donald Trump.
La empresa alemana ya perdió tres juicios anteriores, en los que los usuarios de Roundup han recibido millones de dólares cada uno. Por su parte, Bayer ha ganado cuatro juicios. Lo cierto es que la Corte Suprema tiene mayoría conservadora y tiene fama de ser favorable a las empresas. Por eso mismo, el líder de la industria farmacéutica no pierde sus esperanzas.
La empresa farmacéutica Bayer compró Monsanto en el año 2018 por 62 mil millones de dólares.
El viernes, un tribunal federal de apelaciones ordenó a la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) que examine nuevamente si el ingrediente activo glifosato plantea riesgos irrazonables para los seres humanos y el medio ambiente. Por su parte, un Tribunal de Apelación de San Francisco advierte que la EPA no consideró adecuadamente si el glifosato provoca cáncer y amenaza a las especies en peligro de extinción.
Por su parte, Bayer sostiene que el glifosato no es cancerígeno y no supone un riesgo para la salud pública cuando se utiliza como se indica en la etiqueta.