En una charla con Mejor País del Mundo, Martín Bossi habló de su vínculo con el teatro, los motivos que lo alejaron de la televisión, su deseo de trabajar con Natalia Oreiro y su amor por Maradona.

Contento con Kinky Boots en cartel, Bossi habló de cómo fue atreverse a la incomodidad de hacer un espectáculo con estas características. "El musical era un lugar posible para mí, pero tenía que serlo para quienes me contrataban", recordó y aseguró que lo que más le gusta del teatro es la intimidad que conserva. "es lo último que nos queda en cuanto a expresiones masivas que no se filman", analizó.

Si Maradona es Dios, Messi es Jesús.

Con respecto a su relación con la televisión -que dejó en el 2009-, el humorista señaló lo "caníbal" que resulta tener que estar dependiendo de un numero: "Para comunicarme con el público no necesito una entidad que me diga cuanto mido". En la misma línea observó a la sociedad como "adicta al enfrentamiento" y dijo que él prefiere "huir del conflicto".

Dios, la fama, Natalia Oreiro y Maradona

"Soy muy creyente", expresó el actor al que sus padres le plantearon una religión que para él "no era posible". Analizando la figura de Jesús, Bossi comparó: "antes te crucificaban ahora te cancelan, seguimos no siendo libres para opinar".

Con ironía, Bossi aseguró que en un principio era un gran actor pero luego empezó a "crear vicios y transformarse en un burgués", aunque en tono más sincero contó que quiso ser conocido porque necesita que lo "quieran compulsivamente". "Lo único que quería era que me digan 'hola Martín'", confesó.

Después de hablar de su deseo de hacer la icónica comedia musical Moulin Rouge! con Natalia Orerio, Bossi se lamentó por nunca haberle dicho a Maradona lo mucho lo que lo ama. "Hago cosas suyas todo el tiempo. Todos somos Maradona", dijo y aseguró que "si Maradona es Dios, Messi es Jesús".