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Política

El exdiputado Ameri está separado, desempleado y apenas llega a fin de mes: "Fui un boludo"

El exdiputado Juan Ameri, conocido por el escándalo que protagonizó durante la cuarentena de 2020 cuando se lo vio besar en los pechos a su pareja en plena sesión del Congreso vía Zoom, no la pasa muy bien desde entonces. Está desempleado, separado, y apenas llega a fin de mes. Sus ingresos provienen de la compra y venta de artículos de camping por Internet.

Desde el 12 de diciembre de 2019 hasta el 25 de septiembre de 2020, fue legislador nacional por la provincia de Salta. Debió dejar su cargo por lo que define como una "desatención", a la cual alude una desconexión de internet que creyó, persistía. Sea como fuere, le besó los pechos a su pareja en plena sesión, por lo que fue inmediatamente suspendido por el presidente de la Cámara, Sergio Massa. Al día siguiente, renunció.

Ameri hoy alquila un pequeño departamento en un complejo de monoblocks en Ingeniero Budge, su pareja lo dejó tras el escándalo, y se dedica a vender artículos de camping por internet. Además, está imputado por la justicia salteña por “estorbo al acto funcional”.

"La pasé muy mal. Debo haber pensado, al menos, 100 formas de suicidarme", dijo Ameri a La Nación. La situación claramente le arruinó, hasta el momento, el rumbo de su vida. El exfuncionario se hace cargo de la situación y se reconforta con saber que al menos no está apuntado por un hecho más grave, como corrupción: "De mí pueden decir que fui un boludo, porque esa es la realidad, estuve desatento".

Además, dijo que con su accionar no le arruinó la vida a nadie, aunque rápidamente se corrigió: "O, mejor dicho, me la arruiné a mí, a quien era mi pareja en ese momento y a mi familia". Sin embargo, también le echó la culpa a los medios por magnificar la noticia, y aseguró que si "hubiese sido de Juntos por el Cambio no hubiese tenido la repercusión que tuvo".

Hoy alquila un pequeño departamento en un complejo de monoblocks en Ingeniero Budge, a pocos metros de la casa de su madre, y asegura ser parte de la economía informal del país. Su pareja lo dejó tras el escándalo, y se dedica a vender artículos de camping por internet. Además, está imputado por la justicia salteña por “estorbo al acto funcional”, delito que castiga con 15 días a 6 meses de prisión a quien “perturbare el orden en las sesiones de los cuerpos legislativos”.

Según el exdiputado, la semana pasada, el juzgado federal de Salta se declaró incompetente y la causa será remitida a los juzgados federales de la Capital. "Se me imputa un delito que el fiscal alega que el hecho fue cometido adrede, es una tontería pensar así porque la única persona perjudicada he sido yo. Y me hago cargo", afirmó.