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Columnistas

Un hijo de nuestro tiempo: la historia de un nazi común

Nazismo

En la Alemania de 1937, la del Reich de los mil años, Renania ya estaba militarizada y habían sucedido los Juegos Olímpicos de Berlín; el proceso de militarización por fuera del tratado de Versalles era una realidad y decenas de miles de desocupados, desorientados y huérfanos políticos de la fallida Republica de Weimar necesitaban creer, confiar, soñar, dibujar un futuro en sus historias personales y colectivas. En ese contexto Odon Von Horvath, joven escritor húngaro que había sufrido en carne propia la violencia nazi, alertaba agudamente a una sociedad que se negaba a ver los signos que, a diario, mostraban el avance hacia el abismo de Alemania.

Novela de un solo personaje, solo uno con nombre y apellido, uno que es todos y que el libro disecciona en lo mas hondo de su cerebro, una entomología profunda y absoluta.

Es desde allí que esta novela nos invade, nos pone en un espacio inesperado. El narrador es millones de alemanes identificados con el regreso de las ideas de ¨la patria¨, ¨el orden¨ el ¨trabajo¨, ¨el honor¨, la ¨seguridad¨, y ¨el futuro¨

¨Soy soldado, y me gusta ser soldado¨, comienza diciendo, porque serlo es tener garantizada la supervivencia, el uniforme y los zapatos, los cigarros y las mejores chicas. Ser soldado, además, es terminar con la desocupación y las inseguridades.

Quien habla es el individuo común, el prototipo del nazi, el del cerebro simple y automatizado, el oscuro, el que necesita de los slogans y, aunque huecas, de las palabras de ocasión que exaltan y potencian los valores que velozmente conducirán a este pueblo, y al mundo, al desastre.

Amar al cuartel, al teniente y a los que deciden por todos, el discurso sencillo, potente y seguro. El orden. Ya no hay miedo de no comer mañana; el estado no solo tiene recursos y lugar para ser ocupado, tambiengarantiza un ideal, un imaginario; pocas palabras, pero sólidas: la patria, el honor, la sangre. ¨Lo mas sublime en la vida de un hombre es la Patria¨.

Como el mejor pintor, Horvath dibuja todo con tres pinceladas y cuatro colores. Gama de grises que viran al negro.

Dos padres hay en el discurso, el biológico, vencido, degradado, derrotado; y el otro que es el los de millones de jóvenes que se cobrarán en sangre la anteriorguerra que regó los campos de Europa y que debía ser vengada, La patria es el otro, dijo alguien hace poco; la patria es el todo, sale del discurso del héroe de la novela de Von Horvath. ¨Para nosotros solo hay una eternidad: la vida de nuestro pueblo; y solo un deber celestial: morir para que nuestro pueblo viva¨. El odio es el gran personaje de la novela. Sin atenuantes, sin culpas ni intermediarios. Odio a secas. Una catarata de odio

Es el cerebro del nazi medio, el común, el necio, el mediocre, el de a pie, el cerebro hueco, automatizado y lleno de palabras vacías. El nazi que escucha al padre y no pregunta, solo actúa. El que siembra el frio y cosecha un espacio infinito de hielo.

El nazi que cree, porque: ¿qué es sino una religión sin dudas?

El proceso de pensamiento del protagonista esta descripto hasta el mas mínimo detalle; el lenguaje cargado de símbolos que llegaba a las casas a través de la radio. La catarata de palabras machaconas y sencillas. La simpleza de la repetición. Los slogans

La fe.

Su anterior novela, Juventud sin dios, habla de una orfandad que aquí consigue un padre. La pulsión de muerte Freudiana encuentra el continente perfecto para estallar. Alguna alusión nos recuerda el apoyo bélico al Franquismo, Guernica hundido bajo las bombas made in Germany, que funciona como escenario brumoso. Guernica es nombrada. No hay detalle. Pero no se necesita mas. Como el mejor pintor, Horvath dibuja todo con tres pinceladas y cuatro colores. Gama de grises que viran al negro.

Así como un año después Dalton Trumbo consiguió con Johny fue a la guerra uno de los manifiestos antibelicistas más potentes de los que se tenga memoria; Von Horvath consigue con Un hijo de nuestro tiempo un descenso al infierno del pensamiento de un joven alemán desclasado que sobrecoge.

Pocos meses después, y luego de una huida que lo llevara de Hungría a Alemania, Suiza y Francia, el autor morirá absurdamente golpeado en la cabeza por una rama quebrada en medio de una feroz tormenta del Paris de 1938.

Este libro será el testamento que, 70 años después, grite al mundo alertando sobre los peligros de dejar crecer el huevo de la serpiente. Sino estamos alerta y acabamos al monstruo desde el inicio, luego este se volverá contra nosotros y nos arrancará las vísceras.

Odon Von Horvath, Un hijo de nuestro tiempo, Nórdica, Madrid, 2021.

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