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Columnistas

Pum para abajo

Marcelo Tinelli: el hombre que parecía iba a terminar manejando el fútbol argentino, no pudo con su club y se terminó yendo.

tinelli

En los últimos diez años, Marcelo Tinelli concentró su carrera dirigencial dentro del fútbol. En San Lorenzo primero, pero con la AFA como norte, tras años donde el voley fue su buque insignia. Atravesó todos los estados de ánimo: el clamor popular, la gloria, la desilusión, la distancia, el protagonismo, el desmanejo y la claudicación. El hombre que parecía iba a terminar manejando el fútbol argentino, no pudo con su club y se terminó yendo.

En los años ´90 se erigió como el señor televisión y una de sus señas de identidad era San Lorenzo. Hubo vuelta olímpica de rodillas en el Gigante de Arroyito en 1995 cuando el equipo cortó 21 años sin salir campeón y su consiguiente peregrinación a Luján que acumuló hinchas y fue televisada en prime time. Desde ahí que siempre sobrevoló la idea que ser presidente del club era un mandato divino, cosa que se solidificó aún más con la llegada de Jorge Bergoglio, otro cuervo, al papado.

“He decidido dejar mi cargo como presidente de San Lorenzo de Almagro. Como lo he expresado en muchas ocasiones, el fútbol es mi pasión. Todos los que me conocen bien lo saben. Incluso he llegado a pensar y soñar que tiene mucho que ver con mi misión en la vida. Jamás permitiría que una presencia mía genere divisiones o violencia entre los sanlorencistas que amamos al club o que San Lorenzo sea perjudicado en cualquier ámbito”.

Esto decía parte de la carta con la que renunció vía Instagram, que deberá cerrarse cuando lo haga de manera formal ante sus compañeros de comisión directiva. Desde que se hizo famoso, la política del club siempre lo quiso cerca. Fernando Miele primero y Alberto Guil después no lo lograron, pero fue Rafael Savino quien sí lo convenció. En 2006 se creó el Grupo Inversor comandado por Tinelli que permitió la llegada de muchos jugadores como Andrés D´alessandro, Gonzalo Bergessio, Santiago Solari, Pablo Barrientos, Gastón Fernandez, Diego Placente y Cristhian Ledesma, que con Ramón Diaz ganaron el Clausura 2007. Un año después San Lorenzo eliminó a River en octavos de final de la Copa Libertadores de manera épica, pero cayó de forma insólita contra Liga de Quito en cuartos, que luego sería campeón con Edgardo Bauza.

En ese mismo 2008 se creó el Departamento de Marketing e Infraestructura donde asumió como gerente y también era parte del Consejo de Fútbol. Con la eliminación internacional, varios jugadores fueron vendidos, pero le dejaron más dinero al Fondo de Inversión que al club, que además vio crecer su deuda. Tinelli terminó yéndose.

La primera experiencia del conductor en la dirigencia comenzó con el voley en 2002. El Club Ciudad de Bolivar, de donde es oriundo, fue durante 18 años uno de los grandes animadores de la Liga Argentina de Voley, torneo que ganó ocho veces, con el que fue campeón Sudamericano en 2010 y jugó tres veces el Mundial de Clubes. Sin embargo, en 2020 renunció a jugar la Liga de esa temporada ya que “tal decisión responde a la coyuntura de una reestructuración de la institución y sus estrategias deportivas”. Caía su zona segura.

El hombre que parecía iba a terminar manejando el fútbol argentino, no pudo con su club y se terminó yendo.

A Savino lo reemplazó el empresario Carlos Abdo y en 2012 San Lorenzo estuvo a punto de perder la categoría. Un cierre de campeonato providencial y un derrumbe de Banfield en los promedios le permitió jugar la promoción contra Instituto donde evitó descender por segunda vez en su historia. Una vez consumada la salvación el Nuevo Gasómetro comenzó a bramar por la salida del presidente y suplicaban la llegada del conductor. Abdo demoró su salida porque exigía que se le abonara una deuda por 33 millones de pesos que había puesto de su bolsillo, cuando el club solo tenía 200.000 pesos de caja chica.

Tinelli no quiso asumir la presidencia, pero secundó a Matías Lammens en la fórmula que terminó el mandato de Abdo y fueron electos dos veces hasta 2019. En el medio intentó ser presidente de AFA luego de la muerte de Julio Grondona. A mediados de 2015 tras una reinterpretación del artículo 50 del reglamento de la casa le convalidaron ese año en marketing del club que completaba los cuatro años de antigüedad necesarios para ser candidato. Ese día, uno de sus laderos confesaba en privado que “ya está, gana por aclamación. No va a ser necesario votar”. Casi cuatro meses después la votación terminó 38-38 con 75 votantes desafiado la exactitud de la matemática. Esa fue la primera vez donde se palpó que no todo lo que tocaba era oro.

También fue la primera vez que Ascenso Unido, que respaldaba la candidatura de Luis Segura, entendió que Marcelo los había subestimado. Varios dirigentes que habían comprometido sus votos para su lado lo habían traicionado, pero continuó estando en la cocina del poder. Con el triunfo del Frente de Todos crecían sus chances en AFA porque desde el gobierno querían correr a Claudio Tapia a quien veían (ven) como una persona muy cercana al macrismo.

Antes de su licencia como presidente dos veces pidió tiempo como vicepresidente. La primera en 2014 en medio de la Copa Libertadores que luego ganarían y la otra en 2017. Ese año Tapia fue electo presidente y parte del arreglo político fue la creación de la Superliga que sería el espacio de poder suyo. Designó a Mariano Elizondo como presidente y los cinco grandes estaban en la mesa chica. En 2020, en pleno inicio de pandemia, Tapia adelantó su reelección consciente del poco afecto que despertaba en el gobierno y que no había nadie fuerte para disputarle el territorio. Esta vez el acuerdo incluyó la salida de Elizondo, el cambio de nombre por el de Liga Profesional y que esta vez la cabeza sea el conductor. Su poder e imagen se agrietaban.

En el medio, San Lorenzo no era competitivo – su último título fue la Supercopa 2015-, crecía la deuda, dejaba de jugar copas internacionales y desfilaban los entrenadores. Durante el mandato de Lammens fueron ocho, contando a Ricardo Caruso Lombardi que venía de antes, en ocho años. En menos de tres años de gestión de Tinelli hubo cinco, sin contar los interinatos. Según sus allegados la formalización de su renuncia, que aseguran va a suceder, está demorada porque está hablando con sus abogados porque salió de garante con su patrimonio de varias operaciones.

En su primer programa de 2015 estuvieron presentes Mauricio Macri, Daniel Scioli y Sergio Massa, los principales candidatos a presidente, que le deseaban/pedían que agarrara la AFA en un programa que tuvo 43.1 puntos de rating de pico. La sensación popular era que estaba condenado al éxito. Diez años después, y haciendo un juego de palabras con una de sus frases emblemáticas de los años ´90, fue todo pum para abajo.

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