Es un día feliz en la Quinta de Olivos y la Casa Rosada. Luego de meses de tensión entre las distintas facciones del gobierno nacional, el nacimiento de Francisco Fernández parece haber impuesto una suerte de tregua entre su padre, Alberto Fernández, y Cristina Kirchner, la vicepresidenta.

"Le agradezco mucho a Cristina las flores que nos envió y el posteo que hizo por la llegada de Francisco", dijo el presidente. Añadió que ellos no tienen que permitir que sus diferencias "le den paso a la derecha", y afirmó que está "muy seguro" de que pronto va a "hablar con Cristina". 

En lo que no podemos ser prescindentes es que por nosotros esto se rompa y le demos espacio a la derecha.

Fernández destacó que lo único por lo que va a trabajar "es por la unidad", y planteó que tanto él como Kirchner "son prescindentes". "En lo que no podemos ser prescindentes es que por nosotros esto se rompa y le demos espacio a la derecha", dijo Fernández. Previó que, seguramente, toda la coalición oficialista va a estar "en la unidad".

Además, el presidente explicó el nombre de su hijo: "Tiene mucho que ver con el Papa, ese nombre representa mucho de lo que el Papa representa como líder". Opinó que "el Papa es líder del mundo" y él lo valora mucho. Destacó que ahora, en lo único que tiene que pensar, "es en el cambio de pañales". El presidente contó: "A mí en lo personal me pegó muy fuerte, hoy tengo una mirada diferente, tenemos mucha alegría, mucha felicidad".