Por Juan Tenembaum
Cincuenta Sombras de Grey, escrito por E.L James, cuyo verdadero nombre es Erika Mitchell, está en el top 10 de novelas eróticas más vendidas de todos los tiempos. Cuenta la historia de Anastasia Steele, una estudiante de Literatura Inglesa que vive en Washington y su relación sadomasoquista con el empresario Christian Grey. Anastasia y Christian, disfrutaron, sufrieron, se ataron y se desataron. Lo que seguramente no esperaban era que su historia irritara tanto a las autoridades de un país, que decidieran castigar con la cárcel a todos aquellos que quisieran enterarse de sus desventuras. Esa decisión provocó que Cincuenta Sombras fuera incluida en otra lista además de la de los libros eróticos más leídos de la historia: la lista de los libros prohibidos, a los que se dedicará esta sección de Diario con Vos.
La primera cita entre Anastasia y Christian ya es definitivamente extraña. Ella está en un boliche, bastante borracha, y lo llama sin pensar demasiado. Grey, “preocupado” por la borrachera de la joven, decide pasarla a buscar y se la lleva a su hotel. Al día siguiente, le propone tener sexo y ella pierde la virginidad. Poco después se la lleva en helicóptero a su casa y la hace firmar un contrato sobre su relación, detallando que ésta será puramente sexual, sin ningún tipo de conexión romántica, y él será dominante mientras ella adopta un rol sumiso.
La prohibición malaya
El 24 de febrero del 2015, pocos días después de frenar el estreno de la película basada en el libro, el Ministerio del Interior de Malasia prohibió la publicación, impresión e incluso la tenencia de Cincuenta Sombras de Grey. El libro ya había estado a la venta en las librerías de Malasia desde el 2012.
“La impresión, importación, producción, reproducción, publicación, venta, distribución y tenencia de los libros presentes en esta lista, que podrían representar una amenaza moral, están prohibidos en toda Malasia”, dijo Ahmad Zahid Hamidi, el ministro de Interior. La herramienta legal que permite prohibir literatura al gobierno de ese país se llama, curiosamente, Ley de Prensa y Publicaciones y fue aprobada en 1984.
E.L James empezó escribiendo una fan fiction sobre Edward Cullen y Bella Swan, los personajes principales de Crepúsculo.
La persecución a la pornografía es un tema realmente importante para el gobierno de Malasia. Se trata de un país de mayoría musulmana, una buena parte de la cual es estricta en sus creencias. Por eso, todo tipo de pornografía está estrictamente prohibida. La locura llega al punto de que, en el 2009, el gobierno ordenó a los policías detener a la gente en la calle para revisar sus celulares, buscando fotos o videos pornográficos. La tenencia de material pornográfico puede llevar a pasar años en prisión y recibir multas de miles de dólares.
Sin embargo, la censura malaya no solo se posa sobre textos e imágenes pornográficas, sino que tiene un alcance mucho mayor.
En la Ley de Prensa y Publicaciones, se establece la ilegalidad de todos los textos y películas que:
- Sean perjudiciales al orden público, la moralidad, la seguridad o la relación con otros países.
- Sean objeto de alarma para la opinión pública o vayan en contra de cualquier ley.
- Sean de una u otra manera perjudiciales para el interés público o nacional.
En una lista publicada por el Ministerio de Interior malasio en el 2006, entre los libros prohibidos en ese país se podían encontrar textos sobre marihuana y cultura cannábica, una serie de libros sobre el Islam, el terrorismo y debates teológicos varios, muchos títulos de literatura erótica, entre ellos el Kama Sutra, que ya merecerá su propia columna, y, llamativamente, o quizás no tanto, estaba allí El Origen de las Especies, el libro con el que Charles Darwin presentó su revolucionaria teoría de la evolución al mundo. Además, todo libro escrito en hebreo o yiddish está prohibido.
De sensación de internet a best seller internacional: la curiosa historia de 50 Sombras
La prohibición no es la única historia poco conocida del best sellar erótico. La autora comenzó escribiéndolo, no como un libro en sí, sino como una fan fiction. Esto es, una historia basada en el mundo y los personajes de otra. En este caso, el texto se titulaba “Master of the Universe” y versaba nada más y nada menos que sobre Edward Cullen y Bella Swan, los personajes principales de Crepúsculo, la saga de Stephanie Meyer. 50 Sombras nació como una fantasía sexual de Mitchell, donde los personajes de Crepúsculo ocupaban los roles protagónicos: Edward era un empresario importante y Bella una joven estudiante, y se conocían en esos roles. Luego, Edward pasaba a dominar a Bella, sexual y emocionalmente.
En 2009, el gobierno malayo ordenó a los policías detener a la gente en la calle para revisar sus celulares, buscando fotos o videos pornográficos.
En internet, en los sitios de literatura erótica y fanfictions, el libro la rompió . Era de los más leídos en un ambiente que es, en realidad, bastante competitivo,. La vara para publicar es meramente la voluntad de escribir. Eso hace que aparezcan millones de textos entre los cuales es difícil llamar la atención. Se publicó de forma serial entre el 2009 y el 2011, y lo firmaba, en ese momento, Snowqueens Icedragon, o la reina de la nieve dragón de hielo. Bella, en esta versión, era una estudiante universitaria, mientras Edward era un joven empresario. Su relación escalo rápidamente. Edward se obsesionaba con Bella. Luego la secuestraba, para revelar su gran secreto: le gustaba el BDSM. Finalmente, se casaban y tenían un hijo. En el medio había escenas de acción. Era una reversión de Crepúsculo sin las partes sobrenaturales, como los vampiros y los hombres lobo, pero seguía su narrativa bastante de cerca. Mitchell escribía velozmente, publicando un capítulo cada dos días por semanas, y recibía miles de comentarios.
En mayo del 2011, la editorial Writers Coffeshop publicó la primera versión en papel de esta novela que rompería todos los récords. Es una empresa dedicada a encontrar fan fictions publicables, editarlas para no infringir leyes de copyright, y publicar libros con ellos. La voz se corrió a un ritmo espeluznante, y se convirtió en un fenómeno de ventas inmediato. Vintage Books, que forma parte de Penguin Random House, compró los derechos y convirtió a la novela erótica en uno de los bestsellers internacionales más importantes de la década del 2010. Se tradujo a 52 idiomas, y la trilogía completa vendió más de 150 millones de libros en todo el mundo, al menos hasta el 2017.
En todo el mundo, claro, menos en Malasia.