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Cultura & Espectáculos

Piroyansky, creador de Porno y Helado: "Soy un músico frustrado"

Criado en una familia de gente histriónica y graciosa, de esas que hacen chistes todo el tiempo, a los 14 años Martín Piroyansky comenzó a estudiar teatro. Enseguida lo empezaron a llamar para trabajar como actor y eso lo divirtió, pero a la vez se daba cuenta de que lo que le gustaba era escribir. Entonces, cuando terminó el secundario, hizo un curso de guión y escribió una película en tan solo un año. Y después escribió un piloto de tele. Pero cuando vio cómo lo dirigía otra persona, no le gustó. En ese momento se hizo una promesa: si escribía algo, lo iba a dirigir él. Y también lo iba a actuar.

Ahora, mientras escribe la segunda parte de Porno y Helado –la serie que sale por Amazon Prime, y que todo aquel que ya la vio no duda en recomendar–, Piroyansky cranea una película “sobre los celos”. Que, según indica la tradición, va a escribir, dirigir y, claro, actuar él.

Porno y helado: el sueño del pibe 

Porno y Helado es la historia de Pablo (Martín Piroyansky), Ramón (Nachito Saralegui) y Cecilia (Sofía Morandi), que medio de casualidad, medio por aspiración, terminan armando una banda sin saber hacer música.

La génesis de esta serie -que empezó escribiendo con Rodrigo Moraes y Santiago Korovsky y después reescribió por completo con Martina López Robol- fue hace 15 años, cuando se fue a vivir con un amigo que estaba armando una banda. Ahí apareció otro de los mundos que lo fascinaba. “Soy un músico frustrado”, le dijo  Piroyansky a Diario con Vos.

El país en el que vivimos no está tan evolucionado con respecto a qué pensar de un padre transformista o de un hermanito queer.

“Todo lo que me pasa, lo que veo, lo linkeo con lo que estoy escribiendo en ese momento y lo anoto en el celular”, contó el realizador de 36 años, mientras mostraba en la pantalla del teléfono una carpeta infinita de su anotador llamada ideas. Admite que escribir lo angustia y le da felicidad en partes iguales. Pero que, a veces, también le brinda las respuestas a las preguntas que se está haciendo: “es frustrante, pero cuando sale es buenísimo”.

Parecido al trance creativo que pasan Ramón y Pablo en una secuencia de la serie, así atraviesa hoy Piroyansky el proceso -al que define como “deforme”- de poner en palabras lo que imagina para la segunda temporada de Porno y Helado. ”Una cosa es el laburo creativo, en el que estás viviendo tu vida y vas anotando cosas, pero en este momento me pasa que nos sentamos con Martina a escribir durante horas y por ahí estamos un rato largo pensando o distrayéndonos con Instagram”, recrea mientras advierte que almorzar se puede volver algo “peligroso” en esos momentos.

Laburar en una plataforma como Amazon le dio la posibilidad de incorporar a Susana Giménez al reparto. La compañía tuvo la idea de que la conductora -de amplia trayectoria en la comedia nacional- hiciera el papel de la sofisticada esposa de un senador que tiene un fetiche muy particular. Y él ¿por qué no estaría de acuerdo? La imaginó con el pelo recogido (detalle del que Susana dudó, pero al que terminó accediendo) y perfecta para el papel. ”Fue muy fácil estar con ella y dirigirla. Es cero enroscada, muy relajada”, comentó sobre cómo fue trabajar con la diva total “que tuvo cero divismos”.

Fue muy fácil dirigir a Susana. Es muy relajada y tuvo cero divismos.

Podría suponerse que trabajar con una plataforma de streaming tan grossa tiene un peso extra o una presión distinta a la hora de ejecutar la idea. Pero no. Piroyansky aseguró que le tocó compartir con gente que cuando lee tiene “una mirada interesante” y que el proceso de devoluciones no fue para nada problemático. “Si marcan algo que a mí me gusta mucho, lo defiendo y ellos están abiertos a la escucha. Si me dicen ‘todo esto no nos parece’ y a mí no me vuelve loco, digo ’ok, se va’”. Además, a él le gusta hacer “cosas grandes” y ellos quieren que lo vea mucha gente. Entonces, teniendo en cuenta las repercusiones, Martín se anima y dice: “parece que mi humor gusta”. 

Los límites de los chistes los marcan los de al lado

“La gente espera que en la vida real sea gracioso y no soy muy gracioso”, confesó aunque asegura que cuando labura es distinto: “Lo tengo muy disociado. Toda la timidez que tengo, cuando salgo al set o al escenario se me va”.

Toda la timidez que tengo, cuando salgo al set o al escenario se me va.

Con el episodio reciente de la cachetada que Will Smith le dio a Chris Rock como respuesta a la broma de mal gusto que el presentador hizo sobre su esposa, Jada Pinkett Smith en la entrega de los Oscar, Piroyansky observó cuáles son sus límites a la hora de hacer chistes: “Nunca faltarle el respeto a alguien”.

El comediante explicó que en sus ficciones, si hay un personaje que dice algo desubicado, “los demás se lo hacen saber”. “Me parece importante construir mundos que están adelantados moralmente al de hoy. Lamentablemente, el país en el que vivimos no está tan evolucionado con respecto a qué pensar de un padre transformista o de un hermanito queer”, explicó haciendo referencia a personajes que aparecen en Porno y Helado. Pero en su serie, eso no es un problema. “Si hay alguien como Pablo, que es un retrógrado, es señalado por los demás porque él es el que está mal. El mundo en el que vive es mejor que él. Y la serie lo educa: es un tarado y no va a cambiar, pero por lo menos tiene micro aprendizajes”.

La ficción como posibilidad de ser mejores

Martín cree que la tele y el cine “construyen pensamiento e ideas sobre el mundo”, entonces a él le importa que si un chico de 12 o 13 años mira la serie “vea que si Nacho se chapa a una mina e inmediatamente se chapa un chabón, está bien”. ”Todavía estamos parados en un lugar donde a Nacho se lo juzgaría -dice-. Por eso, si voy a armar una ficción, quiero que esa sociedad sea mejor que la nuestra”.

Siempre confiando mucho en el casting para elegir a los actores indicados para los papeles, Piroyansky revela que dirigir actores no es lo que más le gusta. Lo que le interesa, además de tener la certeza de que esa persona es la “ideal” para a interpretar el personaje, es poder llevarse bien con quien va compartir un rodaje. No le importa “poner el talento por sobre la humanidad”.

De adolescente me sentía un poco un paria. Veía a los alternas, a los rollingas, a los punks y yo no era como ninguno.

En el afán de pertenecer, merodeando en un mundo de frivolidades y exitismos, los personajes de Porno y Helado conservan una delicada ternura y “logran aprender a valorar lo que tienen”, explica el realizador, al que en su adolescencia le pasaba lo mismo: “Me sentía un poco un paria. Veía a los alternas, a los rollingas, a los punks y yo no era como ninguno, me sentía fuera de lo que pasaba”. A los personajes de la serie les pasa algo así, pero "más patéticos": tienen 30 años.

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