Las autoridades israelíes confirmaron la muerte de cinco ciudadanos de ese país a partir de un ataque terrorista en Bnei Brak, un suburbio de Tel Aviv. El tiroteo comenzó alrededor de las 8 de la noche de Israel. Uno de los fallecidos fue encontrado dentro de su auto, mientras otros dos cayeron en una calle cercana. Otra víctima fue encontrada muerta en la calle Herzl, y el quinto fallecido fue un agente policial, quien murió en el hospital.
Otro policía logró disparar contra el asesino, quien murió. Además, los cuerpos de seguridad israelíes detuvieron a otra persona, de quien se sospecha que ayudó al autor de los disparos, y una tercera persona fue detenida en la zona del ataque.
Este es el tercer ataque en una semana, que ya acumuló 10 muertos israelíes. Es la semana más sangrienta desde el 2006.
El terrorista era un hombre de 27 años afiliado al partido palestino Fatah. Vivía en el pueblo de Ya'bad, al norte de Cisjordania. En el 2015, había estado preso por la venta ilegal de armas y la pertenencia a un grupo terrorista. Posteriormente, trabajó ilegalmente en la construcción de un edificio en Bnei Brak, donde cometió su crimen.
La organización terrorista Hamas, por su parte, apoyó el ataque: "Responder a los crímenes y el terrorismo de la ocupación es un derecho legítimo de nuestro pueblo hasta que la ocupación se retire de nuestra tierra". Este es el tercer ataque en una semana, que ya acumuló 10 muertos israelíes. Es la semana más sangrienta desde el 2006.
