A menos de una semana de su paso por el Lollapalooza, murió Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters. El músico, de 50 años, fue encontrado sin vida en un hotel de Bogotá, Colombia, en donde la banda participaba del Festival Estéreo Picnic.
La notificia fue dada a conocer por la cuenta oficial del grupo, en un comunicado en el que pidieron respeto a la privacidad de la familia y además expresaron estar devastados: "La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro amado Taylor Hawkins". "Su espíritu musical y risa contagiosa vivirá con todos nosotros por siempre", aseguraron.
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"Nuestros corazones están con su esposa, hijos y familia, y pedimos que su privacidad sea tratada con máximo respeto en este inimaginable difícil momento", manifestaron. Aunque la banda no brindó mayores precisiones, los organizadores del Festival Estéreo Picnic aseguraron que “Foo Fighters no podrá presentarse esta noche y ha cancelado el resto de su gira suramericana”. "Lamentamos profundamente esta situación", aclararon.
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Según informaron varios medios colombianos, la policía local y expertos forenses trabajaban esta madrugada en el lugar en busca de indicios que pudieran dar pistas por qué falleció. Aún se desconocen los motivos de la muerte de Taylor Hawkins.
Cabe recordar que el músico brindó su último show, el domingo pasado, en el Lollapalooza. Su muerte impactó de manera especial a los fans argentinos que disfrutaron de la presentación de Hawkins, que había sobresalido durante el set por su energía, su estilo en la batería y su simpatía.
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Nacido de Texas, Taylor Hawkins se unió a Foo Fighters en 1997 en reemplazo del entonces baterista William Goldsmith y se ganó un lugar como uno de los miembros más queridos por los fans. Con formación en percusión clásica desde niño, configuró un versátil estilo que combinaba potencia y técnica.