La estremecedora suba de los precios de la comida, debido a la invasión rusa sobre Ucrania, podría generar rebeliones por el hambre en los países pobres, explicó la directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala. La funcionaria advirtió sobre la posibilidad de que los países productores de comida restrinjan la exportación, y lo desastroso que sería esto para las poblaciones pobres.
En declaraciones a The Guardian, la directora de la OMC planteó: "Creo que deberíamos estar muy preocupados". Para ella, "el impacto de los precios de la comida y el hambre este año y el siguiente pueden ser sustanciales". Agregó que la energía y la comida son las partes más importante de las canastas de consumo de las poblaciones pobres del mundo. Para Okonjo-Iwetala, exministra de Finanzas de Nigeria, "son los países y los pueblos pobres los que más van a sufrir".
Son los países y los pueblos pobres los que más van a sufrir.
La funcionaria de la ONU contó que 35 países africanos dependen de comida importada de la región del Mar Negro, y afirmó que Rusia y Ucrania son responsables del 24% de la producción mundial de trigo. Para ella, la preocupación es mayor por la posibilidad de que la guerra afecte la temporada de siembra ucraniana, y que la provisión de fertilizantes también sea limitada.
Ucrania suele proveer la mitad del trigo al Programa Mundial de Alimentos, la parte de la ONU que abaste de comida a países en situaciones de emergencia, ya sea por un conflicto o a causa de desastres naturales. "Sino pensamos como mitigar el impacto de la guerra, vamos a tener catástrofes no solo este año, sino el siguiente también", advirtió la funcionaria.