La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó ayer a Hebe de Bonafini en la casa de las Madres de Plaza de Mayo, dos días antes del Día de la Memoria y los Derechos Humanos y en medio de una interna feroz del oficialismo.

El gesto fue criticado por Ernesto Tenembaum, quien lo interpretó como una escena más de esta interna. "La marcha de mañana ya no es por el recuerdo de la dictadura, sino ver quién la tiene más larga", dijo.

La marcha de mañana ya no es por el recuerdo de la dictadura, sino ver quién la tiene más larga.

Y criticó duramente a la figura de Hebe de Bonafini: "Hebe de Bonafini no se habla con Estela de Carlotto. Con Graciela Fernández Meijide no se habla hace décadas. Con Nora Cortiñas, no tiene ninguna relación", partió.

El periodista recordó que la activista por derechos humanos brindó con champagne el día de las torres gemelas, "porque los muertos eran norteamericanos" y que cuando Horacio Verbitsky se lo cuestionó, ella le respondió que "con él no discutía porque era judío".

Y agregó que "con el correr del tiempo, Hebe de Bonafini, que era la líder de la intransigencia, se transforma en un símbolo de la obediencia cuando Cristina y Néstor llegan al poder".

Para Tenembaum, la visita de Cristina a Hebe de Bonafini responde a que "hizo un acto el pasado 17 de octubre en el que puteaba a Alberto y dijo que gobierna para los ricos".