Ayer durante el superclásico se vivió otro capítulo negro en la historia de las barras bravas en Argentina. Dos bengalas marinas recorrieron el campo de juego desde la tribuna Sívori Alta hasta la tribuna Centenario Alta, ambas ubicadas atrás de cada arco. Fue solo cuestión de suerte que ninguna de las dos bengalas encontraran un cuerpo como destino.
El episodio se dio en un marco de la interna entre facciones de Los Borrachos del Tablón, nombre con el que es conocida la barra brava de River. Se espera que la justicia actúe en las próximas horas, teniendo en cuenta la gravedad de los hechos ocurridos.
Las bengalas marinas no son instrumentos de pirotecnia, sino que tienen una importante función en el ámbito naval como llamado de emergencia. Estos dispositivos pueden recorrer hasta 400 metros a 300 kilómetros por hora, lo que las convierte en verdaderas armas mortales si no son usadas en el ámbito correspondiente. Existen dos casos conocidos de asesinatos con este instrumento en Argentina.
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Los conocidos casos de asesinatos con bengalas marinas
El primero ocurrió en agosto de 1983. La hinchada de boca, liderada en ese momento por el histórico barra brava Jose Barrita, había sufrido una escalada de violencia en los últimos años. Ese día los muchachos tenían un juguete nuevo: las bengalas marinas.
Antes de que el partido arranque, una bengala salió disparada desde la tribuna local hacia la visitante, pasando por arriba de la tercera bandeja. "Oleeeee" gritaron los hinchas de Racing desafiantes. Salió la segunda, que cayó sobre el campo de juego: "Oleeeee", insistieron. En la tercera, la bengala voló en línea recta y atravesó el cuello de Roberto Basile, de 25 años y estudiante de Ciencias Economicas.
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El partido se jugó normalmente y hubo dos condenados por este crimen. Roberto ‘Nene’ Camaño y Miguel Eliseo Herrera cumplieron una pena de dos años de prisión. La justicia determinó que el homicidio no fue voluntario y por eso la corta pena. Como homenaje a este suceso, el conocido cantante Luis Alberto Spinetta escribió la canción: “La bengala perdida”.
El segundo episodio ocurrió en 2011 durante un recital de La Renga en el autódromo de La Plata. Apenas empezado el recital, se vio la luz roja de una bengala que fue directo al cuello de Miguel Ramírez mientras sonaba la canción "Canibalismo galáctico".
Luego del hecho, la víctima fue trasladada al hospital Alejandro Korn en la localidad platense de Melchor Romero. Allí estuvo nueve días internado en un coma profundo hasta que sufrió un paro respiratorio. Iván Fontán, de 27 años, fue encontrado culpable de la muerte por un tribunal platense y fue condenado a 9 años y medio de prisión efectiva.
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