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Política

Cómo es la campaña de Jorge Macri para seducir a los vecinos de CABA

Por Juan Tenembaum

Antes de que Macri llegara, ya se podía percibir que las cosas tal vez se complicarían. Por una cuestión menor, dos señoras de cierta edad casi se agarraron a trompadas. "Vieja de mierda", le decía una a la otra, mientras cada una de ellas empujaba la bicicleta de su contrincante. Cuando Macri llegó, ya las habían tranquilizado.

Tal vez, si Macri hubiera sido Mauricio, el ex presidente, las cosas habrían sido distintas. Pero el Macri que llegó al lugar era Jorge, su primo, el exintendente de Vicente López que, por esas cosas de la política, ahora es funcionario de Horacio Rodríguez Larreta. "Esas cosas de la política" es una forma de decir. En realidad, bajo el gobierno de María Eugenia Vidal se aprobó una ley que impedía la reelección de los intendentes a partir de 2023, salvo que renunciaran al cargo dos años antes. Entonces Macri, el primo de Mauricio Macri, se fue de Vicente López y resultó acogido como ministro de Gobierno por Horacio Rodríguez Larreta, el enemigo de Macri, el primo de Jorge Macri. De esta manera, Jorge tiene ahora dos chances para 2023: volver a Vicente López o, tal vez, ser candidato en la Capital.

Macri, el primo de Mauricio Macri, se fue de Vicente López y resultó acogido por Horacio Rodríguez Larreta, el enemigo de Macri, el primo de Jorge Macri.

El funcionario porteño comenzó aclarando su especial afinidad por el barrio de Belgrano, cual rockero de gira que grita que "el público de Rio de Janeiro, Argentina, es el mejor de todos". Contó que la secundaria a la que fue, el Saint Brendan´s, un colegio, en aquel momento, exclusivamente masculino, y de altas cuotas, queda cerca de la plaza de Manuel Belgrano, donde se produjo la reunión. Además, relató que la plaza en cuestión era dónde se reunía con sus amigos y las chicas de otro colegio, este femenino, del exclusivo barrio de la capital.

Luego, le dieron espacio a los vecinos para que le realizaran preguntas, propuestas o quejas al exintendente. Entre una mayoría de preguntas y propuestas razonables, desde la iluminación en las calles internas de Belgrano y Colegiales hasta la posibilidad de poner unos tachos frente a un paredón en vez de en la puerta de un colegio, algunas intervenciones resultaban realmente llamativas.

Los discursos se entreveraban. "Que bajen el ABL", "que terminen con los piquetes", "que quiten el CEAMSE de Colegiales", que "el kiosco de mi esquina tiene sucios los recipientes de ketchup y mostaza para el pancho", o recibir urgente la cuarta dosis de la vacuna para viajar al exterior. 

Una mujer expresó su profunda indignación por el peligroso evento que estaba ocurriendo en ese mismo momento en una plaza cercana a su casa: adolescentes jugando al fútbol. Luego, pasó a describir cómo "un joven de color" da clases de danza dos horas todos los días. La señora lamentó: "Pone música que sonaría como música tribal africana, percusión de tambores constantes". La profesión del joven no la dejaba dormir la siesta: "Presenté reclamos varias veces y nadie hace nada", se quejó.

Los discursos se entreveraban y se confundían unos con otros. Que bajen el ABL, que terminen con los piquetes, que quiten el CEAMSE de Colegiales, que el kiosco de mi esquina tiene sucios los recipientes de ketchup y mostaza para el pancho, o recibir urgente la cuarta dosis de la vacuna para viajar al exterior. Una mujer pidió que los arreglos del Congreso luego de la aprobación del acuerdo con el FMI no salgan del presupuesto de la ciudad, ya que "si la señora quería hacer una película, no veo porque tengo que pagarla yo".

Al mismo tiempo, alrededor de la reunión y con varios oradores dentro de esta se desarrollaba una protesta por parte de la organización Vecinos del Bajo Belgrano. Estos se oponían a la aplicación del nuevo Código Urbanístico, y planteaban su inconstitucionalidad.

Si yo voy a una reunión del Partido Obrero, ¿me dejarían hablar", le preguntó Macri a un militante del PO.

Uno de los momentos de auge se produjo cuando un militante del Partido Obrero recibió el micrófono. El hombre, quien fue candidato del partido trotskista, denunció un posible negociado en la cesión comercial del espacio que queda debajo de los viaductos del Barrio Chino. Cuando Macri reveló que el hombre pertenecía al partido de izquierda, la gente abucheó al vecino, y se complicó su intervención. "Si yo voy a una reunión del Partido Obrero -preguntó el primo del expresidente- ¿me dejarían hablar'". "Ah, sos macartista", le espetó el dirigente trotskista al funcionario, mientras intentaba seguir hablando entre los abucheos.

Macri, por su parte, escuchaba. Mientras reconocía la utilidad de algunas intervenciones, sobre todo propuestas prácticas para mejorar la relación entre los transeúntes y los ciclistas, o ciertas quejas sobre alguna app del Gobierno de la Ciudad, el equipo del ministro tomaba nota sobre casi todas las intervenciones. Se puso firme en dos cuestiones: estacionamientos y desarrollo inmobiliario.

Las grandes empresas de autos lograron convencernos de que su producto nos da libertad y autonomía, aunque esto pasa cada vez menos.

Sobre el primer tema, el primo del expresidente realizó un discurso particular para un dirigente del PRO: "Las grandes empresas de autos lograron convencernos de que su producto nos da libertad y autonomía, aunque esto  pasa cada vez menos". Luego, consideró que "hay demasiados autos en la Ciudad", y festejó la adopción de nuevas modalidades de transporte, como la bicicleta. Además, introdujo la idea de bicisendas de una sola mano, como la que está sobre avenida Córdoba, para mejorar la comodidad de los peatones.

Todos queremos el progreso, aún si puede resultar incómodo en algunos momentos.

Cuando tocó el segundo tema, el ambiente estaba más caldeado. Una parte importante de los vecinos que se habían acercado a conversar con el funcionario querían mantener sus barrios sin nuevos grandes edificios. Al mismo tiempo, había carteles que transformaban ese sentimiento conservador en consigna: "No al nuevo código urbanístico". Macri afirmó: "Todos queremos el progreso, aún si puede resultar incómodo en algunos momentos".