Sebastián D´amico Amurín murió después de una larga lucha contra un extraño tumor en el rostro. Tenía 25 años y un sarcoma embrionario en el maxilar derecho.

El joven utilizaba sus redes sociales para mostrar cómo era vivir con ese tumor en la cara y compartía su día a día: desde cómo había conocido a su novia hasta su pelea contra la burocracia de los trámites para su tratamiento.

Sepan que me fui dando hasta donde más pude.

Su último posteo había sido el pasado 22 de febrero, cuando anticipó que se acercaba su muerte. "No puedo creer que con 25 años tenga que decir me voy a morir en cualquier momento", había escrito. "Si me toca partir, quiero que todos sepan que las redes sociales van a seguir estando activas por mi mamá, para seguir levantando la bandera de la lucha contra el cáncer y sepan que me fui dando hasta donde más pude, gracias a todos por tanto amor, realmente estoy con el alma rota en dos perdón y gracias por tanto amor, sean felices y disfruten la vida que aunque no lo crean es muy corta pero hermosa, adiós."

En sus redes, también, sus familiares compartieron la triste noticia: "Lamentamos comunicar que Sebastián ha fallecido. Muchas gracias a todos por el incondicional apoyo todos estos años. El ya no sufre más".

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La enfermedad de Sebastián

La enfermedad de Sebastián es de las más extrañas que existen. Se trataba de un sarcoma embrionario en el maxilar derecho, un cáncer que, según los especialistas, solamente afecta al 0,5% de los pacientes con este tipo de enfermedad.

Sebastián había contado que se lo detectó él mismo en 2014, cuando sintió un pequeño bulto de grasa en la cara y decidió consultar al médico.

No hubo ni hay nada que pueda frenar este tumor. Busqué y busqué miles de cosas como lo convencional y la medicina alternativa, pero nada funcionó.

"El principal problema con los tumores de gran tamaño en la cara y el cuello es el riesgo que corren los nervios que están allí y en una eventual operación se ponen en juego de por vida el diafragma, el habla, la deglución, lo que podría producir serios trastornos psicológicos. Todo este se le plantea al paciente, quien es el que debe aceptar o no esas secuelas. Y si bien el tumor toca la columna, las chances de quedar paralizado es cero", había explicado Sebastián en una entrevista con Clarín.

“No hubo ni hay nada que pueda frenar este tumor. Busqué y busqué miles de cosas como lo convencional y la medicina alternativa, pero nada funcionó, me llegaron millones de msj que pruebe un montón de cosas y créanme que las probé pero no funcionaron”, se lamentó en su último posteo en Facebook.