Las agencias de inteligencia de Estados Unidos estiman que han muerto 7.000 soldados rusos en las tres semanas que pasaron desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania. La cifra es superior a la cantidad de militares norteamericanos que murieron en las guerras de Irak y Afganistán.
Se calcula que de los más de 150.000 soldados rusos que participan de la invasión a Ucrania, entre 14.000 y 21.000 están heridos, es decir, entre el 9% y el 14%. Esto implica que la mayoría de las unidades de combate rusas podrían estar por debajo de la composición mínima.
Estas bajas tendrán implicaciones negativas para la efectividad de las tropas rusas, incluidas aquellas que combaten con tanques, explicaron funcionarios del Pentágono a The New York Times. Además, explicaron que cuando el 10% de los miembros de una unidad militar mueren o resultan heridos, esa unidad ya no es capaz de llevar a cabo acciones de combate.
Se calcula que de los más de 150.000 soldados rusos participan de la invasión a Ucrania, entre 14.000 y 21.000 están heridos, es decir, entre el 9% y el 14%. De esta manera, la mayoría de las unidades de combate rusas podrían estar bajo la mínima. Según el diario norteamericano, las Fuerzas Armadas de Rusia han perdido al menos tres generales en el campo de batalla.
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Rusia comenzó la invasión el 24 de febrero y avanzó bombardeando las principales ciudades ucranianas, incluida la capital, Kiev. El número total de civiles fallecidos aún se desconoce y el número de refugiados superó los tres millones, anunció la Organización Internacional para las Migraciones.
