La conductora de No Dejes Para Mañana, Romina Manguel, recordó al conductor y productor televisivo Gerardo Rozín, quien falleció la semana pasada y mantenía una relación cercana con ella.
Mientras Manguel relató una secuencia que vivió hoy en un bar, donde una persona le remarcó que se veía muy mal en comparación con como se suele ver en la radio o en TV. La periodista contó que le dijo: "Tenés razón, pasé un fin de semana muy difícil, despedimos a mi amigo Rozín. Pasaron cosas este fin de semana".
A partir de la anécdota, la conductora recordó a su amigo: "Estuvo 14 meses muy mal, desde el primer día sabía que su diagnóstico era pésimo, a pesar de la ayuda de tanta gente. Desde el primer día prácticamente supo que solo podía haber un milagro. Apostamos todos a los milagros, que no se dió en este caso".
Cuando supo que estaba mal, no dejó de decirle nada a nadie, ni a los que quería ni a los que no quería. Me pareció de una valentía eso".
"Gerardo hizo dos cosas que me pareció de una valentía tremenda, que no le conocía porque era flor de cagon, lo digo con lo 20 año que hacen que lo conozco. Cuando supo que estaba mal, no dejó de decirle nada a nadie, ni a los que quería ni a los que no quería. Me pareció de una valentía eso. Primero bancarse saber lo que tenés y cómo va a terminar", relató Manguel.
En este sentido, rescató una cualidad honesta del productor, el ir de frente: "Gerardo sentó a gente que quería mucho y que amaba, por más que no le gustaban los gestos de afecto. Pero también sentó o le escribió a los que no quería, o los que sienten que frente a la muerte tienen que tener una actitud que no es honesta y que no es genuina".
A el lo lastimaron, y no tenía ganas de perdonar nada".
"Uno de los últimos cafés que tomó fue con una persona que lo había cagado y traicionado de manera muy grosera, sabiendo que estaba mal. Lo invitó a la casa, tomaron un café, lo dejó hablar y después le dijo: 'Sos un pedazo de basura'. Y se lo dijo". Y algún otro que le escribió diciendo 'ay lamento no haber estado este último tiempo', y en vez de dejarlo pasar, Gerardo le respondió: 'Si vos siempre fuiste la misma persona'. Se sacó las ganas de decir, no porque estaba mal, porque era así", aseguró. Y agregó: "A el lo lastimaron, y no tenía ganas de perdonar nada".
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Luego contó que el día de su velorio "tenía ganas de llamarlo y contarle de gente que estaba ahí porque se iba a cagar de risa y me hubiera dicho sacalos a patadas, o gente que no estaba decirme que los llame. Era esa necesidad de a la noche, tarde, decirle 'bueno ya pasó el velorio, agarrá el teléfono que tengo bocha de cosas para contarte'. Y el otro no está". Finalmente, contó que Rozín tenía la fantasía de saber ese tipo de cosas: "El me decía '¿Me quieren? Vos crees que la gente me quiere?' Y yo le mostraría todo".
