Este 9 de marzo se produjo la 20º elección presidencial en Corea del Sur. El país asiático, en donde no hay reelección, debía elegir entre el conservador Yoon Suk-yeol, del Partido del Poder Popular, y el candidato oficialista Lee Jae-myung. Las elecciones beneficiaron a Yoon con el 48,56% de los votos contra el 47,83% de Lee.
Este último, representando al Partido Democrático de Corea, basó su campaña en una política de reconciliación con Corea del Norte, buscando una eventual reunificación, y la conservación de la red de contención social coreana. Además, una parte importante de su plataforma estaba relacionada a la lucha contra la corrupción.
El primero, en cambio, representó un giro llamativo en la política de los conservadores surcoreanos. Históricamente, los partidos de derecha coreanos se definían por una actitud más dura con respecto a la relación con sus vecinos del norte, y cierta defensa de la dictadura que ejerció Park Chung-hee, con una política económica proteccionista. Con Yoon, pasaron al primer plano una fuerte retórica anticomunista, un viraje hacia el liberalismo económico y, sobre todo, una estridente oposición al feminismo local, con la promesa de eliminar el Ministerio de Igualdad de Género y Familia.
Ese último aspecto se lo entregó al partido su flamante presidente, Lee Jun-seok. Joven graduado de Harvard, este dirigente conservador hizo una carrera mediática en los programas de debate, y conquistó el apoyo de una importante, y curiosa, base social: los "idaenam", jóvenes de entre 20 y 30 años definidos por su enojo contra el feminismo. Lee es conocido por afirmar que el feminismo es "una ideología autoritaria". A su vez, supo expresar que no hay desigualdad de género en Corea.
En verdad, el porcentaje de la población surcoreana que se ve seducida por la retórica antifeminista no es despreciable. De acuerdo a una investigación realizada por el periodista Cheon Gwan-yul y el científico de datos Jeong Han-wool, el 58,6% de los hombres coreanos de entre 20 y 30 años se opone "mucho" al feminismo. La mitad de estos describieron la intensidad de su oposición con un 12 en una escala de 0 a 12.
