La Policía de Córdoba desbarató una organización de delincuentes que realizaba una estafa piramidal dentro de la misma policía. Lo sorprendente es que las victimas eran sus compañeros de la fuerza: hay más de 50 denuncias por un fraude de unos $ 30 millones.

Las victimas denunciaron que aportaron dinero a cambio de una “retribución mensual en concepto de intereses de aproximadamente entre el 30 y el 50 por ciento”. Para poder participar, se pedía que capten a nuevos clientes  -familiares, amigos, conocidos- y los primeros meses cobraban los dividendos, pero luego nunca recuperaban su dinero.

Por este hecho, hubo cinco allanamientos a oficinas y dependencias de la Policía de Córdoba y fueron detenidos siete policías y ex policías, una abogada y ex policía y un contador. Mientras que desde la Justicia advierten que puede haber más detenciones.

"Las víctimas también se encuentran en un número cercano de entre 20 y 30 personas, que fueron invitadas a invertir bajo este denominado sistema piramidal. Para ello, se aprovecharon de la condición de personal policial de los damnificados, para sumarlos a este negocio y estafarlos”, apuntó la secretaria penal de la fiscalía, María José López.

Las victimas denunciaron que aportaron dinero a cambio de una “retribución mensual en concepto de intereses de aproximadamente entre el 30 y el 50 por ciento.

Además, aseguró que los primeros denunciantes sentían vergüenza de haber caído en la estafa; pero a la vez, sentían temor de haber participado como estafadores sin saberlo, al reclutar a más policías. Todo entre los mismos compañeros por lo que se generaba una situación de desconfianza entre todos.

"Las historias que nos han comentado fueron muy diversas y de todo tipo. Gente que perdió el ahorro de toda su vida. Gente que vendió su auto tras ver que luego de invertir conseguían una rentabilidad importante y decidió invertir todo el dinero que tenían", explicó.

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Los líderes de la organización fueron detenidos: la abogada María Eugenia Zulberti y el comisario Héctor Juncos junto a un contador de apellido. Entre los compañeros de la policía enseguida comenzaron a dar aviso de la situación y las denunciar pronto comenzaron a acumularse.

“Tenían pleno control de la organización, además, como los supuestos socios pertenecían a la fuerza, les daba confiabilidad y a la vez el temor de estar cometiendo algo impropio”, confió una fuente de la investigación a DiarioAR.

Esta causa es paralela a otra que se tramita en la misma provincia, pero en la ciudad de Villa María por parte de Generación Zoe y se investigan sus relaciones.