Se trata del pozo Fosse Dionne que se encuentra en el pueblo Tonnerre. Desde que lo descubrieron los romanos, es un misterio la procedencia del agua y hasta tres buzos murieron intentando descubrir de dónde viene.
El pozo sin fondo que encontraron las civilizaciones antiguas pero del que aún no se ha conseguido descifrar el origen del agua que brota de allí, fue utilizado a lo largo de la historia por los habitantes de Tonnerre en su día a día.
Tres buceadores murieron en el intento de llegar al final del manantial.
Los romanos fueron los primeros en descubrir el manantial y documentarlo y durante siglos, los celtas consideraron que el pozo sin fondo era una fuente de agua sagrada. Después los franceses lo usaron como una piscina pública.
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Pero el misterio acerca del origen del agua se mantuvo a través de la historia, incluso tres buceadores murieron en el intento de llegar al final del manantial, dos de ellos en el año 1974 y el tercero en el año 1996.