Aprender a mirar el cielo, las estrellas, el sol, los astros, los planetas y aprender historias relacionadas a los mismos en la Laguna de Lobos.
“Casi todo el mundo conoce la historia del Titanic, que la noche del 14 de abril de 1912, una noche sin Luna, sin viento, se encontró de golpe con un iceberg que puso fin a su viaje”, cuenta Ezequiel Brahim en un tramo de su charla de astroturismo.
Lo que pocos conocen -agrega- es que tres meses antes de la tragedia se había producido una alineación muy especial entre la Tierra, la Luna y el Sol, “lo que provocó mareas excepcionales que desprendieron témpanos anclados en el territorio de Terranova, en el norte de América, y así habrían influido decisivamente en el naufragio del barco más grande jamás construido”.
La noche es, se podría decir, perfecta en la laguna de Lobos, a 115 km de la ciudad de Buenos Aires: como aquella del Titanic, hace casi 110 años, es oscura y despejada -ideal para ver estrellas- y muy calma, pero con una diferencia esencial: es cálida, muy agradable para las más de 100 personas acomodadas en el césped de la costanera, en reposeras o sobre mantas proporcionadas por la Dirección de Turismo de Lobos, que organiza este ciclo de charlas para aprender y disfrutar de mirar el cielo y conocer historias del cosmos, ciclo que durará todo el verano.
Qué tienen que ver los astros -la Luna, el Sol, los planetas- con el naufragio del Titanic, qué fue lo primero que hizo Neil Armstrong al poner un pie en la Luna, cuáles son los planetas visibles a simple vista, cómo identificar las constelaciones, que guiaron a tantos navegantes por siglos, o cómo Julio Verne anticipó con una precisión asombrosa el viaje a la Luna, 105 años antes de que se produjera.
La Dirección de Turismo de Lobos organiza este ciclo de charlas para aprender y disfrutar de mirar el cielo y conocer historias del cosmos.
Estos son algunos de los temas que van girando -como la Tierra alrededor del Sol- en estas charlas que, cada tanto, son amenizadas por bandas sonoras como las de Star Wars y Titanic, unas sorprendentes bolas luminosas que hacen las veces del Sol, la Luna y los planetas, y puntero láser para mostrar, por ejemplo, a Venus, Mercurio, Júpiter y Saturno, que pueden verse a simple vista desde la Tierra.
“Se ven alineados simplemente porque estamos viendo el Sistema Solar desde adentro, como si viéramos los bordes de un disco desde su centro”, cuenta Ezequiel -periodista, runner y aficionado a la astronomía- ya apurando el final, que esta noche tiene que ser muy preciso, para disfrutar de un momento muy especial.
Apenas pasadas las 9 de la noche, la Luna empieza a asomar sobre el horizonte, una Luna redonda y anaranjada que se refleja como en un espejo en las aguas quietas de la laguna y cierra el telón de una noche extraordinaria, que deja con ganas de más viajes por el universo.
Calendario de verano
Los encuentros de astroturismo en la costanera de la laguna de Lobos son gratuitos, organizados por la Dirección de Turismo municipal (www.lobos. tur.ar). Las próximas citas serán todos los sábados de verano (enero a marzo) al atardecer (en enero, a las 20). Se recomienda inscripción previa al Whatsapp 54 9 2227 500 405.
Cómo llegar
De Buenos Aires a la laguna de Lobos son 115 km por autopista Ricchieri, autopista Ezeiza-Cañuelas y RN 205. La entrada a la laguna está en el km 111 de la ruta, 13 km después de pasar el ingreso principal a la ciudad de Lobos. Los encuentros son casi al final de la costanera municipal.
De Buenos Aires hay tres servicios de combis a Lobos: Lobosbus, Del Sur Bus y Zeros Tour. Ida, de $ 850 a $ 1.100. De la ciudad hay servicios regulares de colectivos hasta la laguna.
