Un estudio científico de alcance nacional del Conicet expuso el impacto que tuvo la pandemia en los problemas de salud mental. Además de mostrar las creencias populares sobre el origen del coronavirus y la confianza en las medidas sanitarias para contrarrestarlo.
De acuerdo a esa investigación, el 47,2% de las personas consultadas contestó que tuvo algún “trastorno de ansiedad”, seguido por la “depresión” (36,8%) y afecciones de tipo “psiquiátrico” (14,0%). Incluso, la socióloga Gabriela Irrazábal reveló que el 42,4% hizo alguna consulta profesional por el estrés. “Salud, bienestar, coronavirus y vacunas según región y adscripción religiosa”
En Radio Con Vos, Irrarazabal comentó que la encuesta se realizó a 4537 usuarios/as de internet y teléfonos móviles residentes de Argentina, entre agosto y octubre del 2021. El estudio “Salud, bienestar, coronavirus y vacunas según región y adscripción religiosa” integró personas de todas las regiones del país para hacer un análisis regional y abordaba distintas dimensiones.
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Una de las cuestiones reveladoras de esta primera entrega de 60 páginas es que se corroboró que los padecimientos mentales se constituyeron en un mal de época durante el último año de Covid.
La población declara haber padecido tres dificultades principales en su salud durante la pandemia: las afecciones mentales encabezaron el primer lugar de las respuestas, y en segundo orden, las alergias (42,3%) y los problemas de la piel (34,7%), un tema con poco lugar en el debate público. El coronavirus aparece recién en el quinto lugar, con el 25% de quienes contestaron haber transitado la infección.
Según Irrazabal, este malestar en la psiquis se produjo por un contexto de vulnerabilidad que trajo la pandemia y que trascendió lo meramente sanitario. Una importante proporción de la población consultada reveló hechos de violencia en su familia o haber sufrido algunas tragedias cercanas.
Tampoco fue menor que cuatro de cada diez personas tuvieron algún allegado, amigo o familiar que falleció" aseguró Irrarazabal.
“La salud y el bienestar se vio afectada por situaciones de maltrato. Casi el 20% de los consultados sufrió en el último año algún tipo de violencia. De ese grupo, el 18,1% tuvo violencia física y el 5,6% del tipo sexual”, durante la pandemia, expresó la investigadora de Conicet.
Y agregó que “tampoco fue menor que cuatro de cada diez personas tuvieron algún allegado, amigo o familiar que falleció. Todo esto evidencia una presión bastante fuerte a la salud mental y a las personas".
A nivel geográfico, se registraron algunas variaciones. Quienes viven en la Patagonia tuvieron más respuestas de sufrir violencia psicológica (82,3%) y casi triplicó las agresiones sexuales(13,9%), mientras que quienes residen en el noroeste argentino (NOA) mencionaron mayores niveles de violencia física (24,8%) y afecciones a la piel (48,9%) superiores que el promedio global.
Cuántos recurrieron a profesionales de la salud
En este sentido, quienes tuvieron ansiedad o depresión recurrieron a profesionales de salud mental en un 35%, lo que expone una preocupación por resolverlo. Además, del grupo de 1799 casos que declararon sufrir ansiedad, 511 (28,4%) consultó a psicólogo/a y 118 (6,6%) consultó al psiquiatra.
Una importante proporción de la población consultada reveló hechos de violencia en su familia o haber sufrido algunas tragedias cercanas.
En el caso de los 1401 que consignaron depresión, unos 367 (26,2%) recurrieron a un psicólogo/a y 122 (8,7%) a un/a psiquiatra. Entre un 14 y 16 por ciento acudieron a un familiar o amigo para contarle sus problemas.
Sin embargo, el informe expone que tres de cada diez personas que tuvieron ansiedad y depresión no recurrieron a nadie, y casi dos de cada diez (16,5%) que reflejaron algún problema “psiquiátrico” asumieron la misma actitud.
Qué piensan los argentinos sobre las medidas sanitarias
La mayoría de los encuestados está a favor de la vacunación obligatoria tanto para adultos como niños, y menos de dos de cada diez personas cree que debería ser una decisión individual de las familias. Además, en la evaluación positiva, el 56,7% declara que las vacunas sirven para “proteger” o “evitar” enfermedades, y un 39,0% considera que las vacunas “refuerzan el sistema inmunitario”.
La mayoría está de acuerdo con suspender actividades en espacios cerrados, como ir a restaurantes o bares (69,2%), o suspender festejos.
Por otro lado, la mayoría de la población comparte que el uso del barbijo y la higiene, como la distancia entre personas y la ventilación de ambientes, es útil para evitar la propagación del coronavirus. Sobre la controversia que generó la cuarentena y las restricciones sanitarias, hay una información llamativa. Se mantuvo una alta proporción de apoyo a las medidas de emergencia en caso que sea necesario.
Al respecto, la mitad estaría dispuesta a cumplir aislamientos preventivos por 15 días (53,7 %). La mayoría está de acuerdo con suspender actividades en espacios cerrados, como ir a restaurantes o bares (69,2%), o suspender festejos.
Cuál es el origen de la pandemia para los argentinos
El estudio, además, cuantificó el universo de pensamientos que acreditan una mirada conspirativa sobre la irrupción de la enfermedad a escala global. Tres de cada diez personas creen que el coronavirus fue creado artificialmente (26,3%), es un dispositivo de control poblacional (3,8%) o bien “se escapó” de un laboratorio (3,2%).
Uno de cada 10 no saben bien qué es. El resto considera que su surgimiento está vinculado “a la interacción con humanos y animales”, a la naturaleza o a la ecología.
Los católicos (37,2%) y los evangélicos (36,8%) son quienes más adhieren a aquellos que creen en la creación artificial del Covid. En contraste, aquellas personas consideradas ateas (49,5%), sin pensamiento religioso (40,9%) o que no adhieren a un credo institucional como los agnósticos (58,6%), son quienes más tienden a acreditar como hipótesis el origen zoonótico o ecológico.
“Es un porcentaje importante que no confía en la vacuna, si bien no es masivo, ronda el 6 por ciento”, concluyó la investigadora de la pandemia.
Por otro lado, los imaginarios “antivacunas” están distribuidos en tres principales argumentos: la “falta de confianza”, que llega al 58% entre quienes rechazan vacunarse; un 40,3% asegura que “te contagias igual de coronavirus”, y el 37% señala que le “da miedo los efectos adversos”. “Es un porcentaje importante que no confía en la vacuna, si bien no es masivo, ronda el 6 por ciento”, concluyó la investigadora.
