Un Informe sobre la desigualdad mundial muestra que en estos dos años se ha incrementado en todo el mundo y que los ricos se hicieron más ricos, mientras que los pobres más pobres. Además, detallan conclusiones sobre Argentina y propuestas de políticas activas para la redistribución de riqueza en el mundo.
El reporte elaborado por el centro World Inequality Lab (WIL) dirigido por Thomas Piketty calcula que la mitad de la población del Planeta, que es la mitad más pobre, acumula apenas un 8% de los ingresos y tan sólo un 2% de la riqueza a nivel mundial, mientras que el 10% más rico goza de un 50% de los ingresos y de un 76% de la riqueza mundial.
"El 10 por ciento más rico de la población mundial recibe actualmente el 52 por ciento del ingreso mundial, mientras que la mitad más pobre de la población gana el 8,5 por ciento", detalla el informe que también analiza varias facetas de la desigualdad en el mundo como la riqueza global, ingresos, género y desigualdad ecológica.
"En 2021, después de tres décadas de globalización comercial y financiera, las desigualdades globales siguen siendo extremadamente pronunciadas... casi tan grandes hoy como lo fueron en la cúspide del imperialismo occidental a principios del siglo XX", apuntan desde el informe.
Además detallan que la mitad más pobre de la población mundial apenas posee el 2 por ciento del total de la riqueza. En contraste, el 10 por ciento más rico de la población mundial que posee el 76 por ciento. De hecho la riqueza de las 500 personas más ricas se incrementó 7 por ciento anual y la riqueza media creció menos de la mitad de esa tasa, 3,2 por ciento durante el mismo período.
Desde 1995, la participación de la riqueza mundial en manos del 0,01 por ciento más rico creció de 7 a 11 por ciento y este aumento se exacerbó durante la pandemia.
Otro de los datos que se desprenden de la investigación fue que la brecha entre los ingresos promedio del 10 por ciento superior y el 50 por ciento inferior de las personas dentro de los países casi se ha duplicado, de 8,5 a 15 veces.
La situación en Argentina y América Latina
El estudio concluye que Oriente Medio, África subsahariana y Latinoamérica son las regiones más desiguales del mundo, mientras que las desigualdades más bajas se encuentran en Europa donde el 10% más rico no llega a concentrar el 60% de patrimonio total.
Particularmente en la región latinoamericana los más ricos concentran más de un 75% de la riqueza total de la región, mientras que el 50% más pobre apenas llega al 2%. En Argentina el 10 por ciento superior retuvo alrededor del 40 por ciento del ingreso nacional total en 2021.
"Aunque las desigualdades en Argentina son más bajas que el promedio de América latina, siguen siendo, en general, particularmente altas desde un punto de vista internacional", menciona el documento,
Por otra parte, afirman que Argentina se encuentra por encima del promedio Latinoamérica en cuanto a participación del trabajo femenino en el ingreso que es de 37 por ciento, mientras que el promedio latinoamericano 35 por ciento.
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Las propuestas del informe
Aunque las desigualdades entre las naciones habían disminuido desde el final de la Guerra Fría, durante la pandemia se vieron profundizadas como venía ocurriendo desde la década de 1980. De hecho, en algunos países se han dado alzas de la desigualdad, allí se destaca Estados Unidos, Rusia e India, mientras que otros países se han registrado variaciones relativamente menores y esto evidencia que "la desigualdad no es inevitable, es una elección política".
"En 2021, después de tres décadas de globalización comercial y financiera, las desigualdades globales siguen siendo extremadamente pronunciadas... casi tan grandes hoy como lo fueron en la cúspide del imperialismo occidental a principios del siglo XX", señalaron desde el laboratorio.
A partir de estos datos, los autores del reporte analizan varias opciones de políticas para redistribuir la riqueza. Proponen un modesto impuesto progresivo sobre el patrimonio de los multimillonarios globales. El informe pronostica que la desigualdad seguirá aumentando a corto plazo, pero esperan que la situación mejore a medio plazo si se aumenta la inversión en el sector público y la redistribución de riqueza.
