Jueves, 28 de Marzo de 2024 Cielo claro 24.3 °C cielo claro
 
Lunes, 11 de Octubre de 2021 Cielo claro 24.3 °C cielo claro
 
Dólar BNA: $902
Dólar Blue: $1010
Cultura & Espectáculos

Eduardo Sacheri: "Tengo una manera visual de escribir las historias"

El reconocido escritor argentino, Eduardo Sacheri, dialogó con Patricio Barton, en el aire de Radio Con Vos, sobre el éxito de su última novela El funcionamiento general del mundo, que se ubica en la lista de los diez libros más vendidos de Argentina. Asimismo, relató cómo es la experiencia de escribir obras que luego se convierten en éxitos del cine.

Creo que hay cierta cosa visual en mi manera de pensar y escribir las historias que vuelve más sencilla esa adaptación posterior”, precisó Sacheri y agregó que “cuando pienso los libros los imagino visualmente”. Sin embargo, aclaró que al momento de sentarse a escribir una novela “no se lo plantea como película”.

En ese sentido, el escritor precisó: “Cuando pensé el viaje de la novela a la Patagonia o el torneo de fútbol en los 80, -ambas secuencias incluidas en El funcionamiento general del mundo- lo que me vino a la mente fueron las imágenes que fui creando en mi cabeza por conocer o habitar esos espacios. Y luego, el segundo trabajo es cómo lo describo, cómo hago que eso que estoy viendo el lector también lo vea”, aseguró el escritor. “Es una manera medio visual de construir las historias que luego facilita ese pasaje”, enfatizó.

En esa misma línea, el autor de La preguntas de sus ojos, señaló que, al momento de situar escenarios en sus ficciones, “prefiero que sean lugares que conozco”. “Lo normal es que mis novelas transcurran en el Gran Buenos Aires, de donde soy yo, o en la Ciudad de Buenos Aires. En este libro, donde hay mucho de la Patagonia, me fui a hacer el viaje mientras pensaba la novela, para tener el recuerdo más fresco, más consciente”, añadió.

Me parece que está bueno no tocar tanto de oído y, además, tengo la preferencia por darle cierta solidez a la historia. Me deja más tranquilo contar con esa cosa real de base”, enfatizó.

Respecto a este recurso de incluir escenarios reales o comunes en sus historias, como sucedió en su última novela con la escuela y La Patagonia, Sacheri detalló: “Los pibes que protagonizan la historia están en el tercer año del secundario del ‘83 y es exactamente lo que me pasó a mi. Tenía ganas de reproducir ese año tan especial del 83 en ese ámbito múltiple, raro y tan cargado de sentido que es una escuela. Además, por mi otro trabajo, como profesor de Historia, la escuela es un escenario con el que he seguido en contacto”.

La mezcla de ser docente y escritor reconocido

Consultado sobre cómo convive el ser profesor de secundaria con el reconocido escritor, sostuvo que “es una linda mezcla”. “A mis alumnos de secundario en Literatura les dan mis libros para leer y eso está bueno, porque vienen y me cuentan qué parte están leyendo o qué les pareció la obra. Pero, a su vez, también es raro porque, habitualmente, vos de tus profes conoces solo que pasa en el aula, y acá ellos pueden decir que me vieron en la tele o me escucharon en la radio”.

De todos modos, aseguró que la “fama” o el ser conocido “es una cosa periférica” con sus alumnos. “Lo que más me importa es el vínculo que tenemos en el aula y no tanta esa mezcla vaporosa, glamorosa”, agregó.

Libros taquilleros

Tengo tres libros que se convirtieron en película: La pregunta de sus ojos, que se convirtió en El secreto de sus ojos; Papeles en el viento, que salió con el mismo nombre; y La Noche de la Usina, que fue al cine con La odisea de los giles. Creo que junto con Claudia Piñeiro somos de los escritores actuales argentinos que tenemos más libro hechos en películas.

Lo que tiene en el cine es que, como realmente es una industria e infraestructura con mucho peso detrás, un éxito o una película ambiciosa lleva a otra después. En el sentido de que se van sumando productores poderosos, directores conocidos, actores taquilleros. Entonces, algunas cosas se alinean más fácil que en otras situaciones.

Escuchá la entrevista completa, acá