Mujeres 5.0 seguramente si les pregunto si son bellas, lo primero en que van a pensar es en sus cuerpos, no en la belleza interior.

Del mismo modo si les pregunto sobre la soledad, vendrán a la cabeza imágenes de separaciones, pérdidas, dolor, llanto, miedo. O las típicas frases: “me siento sola, acabo de divorciarme”, “los chicos se van de casa”, pero también “me gustaría irme a una playa desértica”, “ojalá tuviera un día para mi”, etc.

La palabra soledad tiene mala prensa.

Hoy las invito a repensar la soledad como un derecho, un derecho por naturaleza para nuestro bienestar psíquico y físico. Soledad en sentido de un momento para nosotras, de alejarnos por un rato del ruido exterior, de los mensajes, demandas, conflictos, rutinas.

Del latín solitas, la soledad es la carencia de compañía. Pero esta carencia puede ser voluntaria o involuntaria, y siempre implica la falta de contacto con otras personas. Se trata de un sentir o un estado subjetivo, ya que existen distintos matices, grados o formas de percibirla.

La soledad en nuestra etapa es muy valorada, percibida como una elección e imprescindible para descansar y desconectarse.

La idea es sentir esa soledad voluntaria y positiva en momentos determinados, para encontrarnos con nosotras misma y poder hacer un viaje interior pleno y sin distracciones.

Aprender a disfrutar de la soledad aporta beneficios para nuestra mente y cuerpo. En este estado se busca reforzar la confianza en uno mismo y en relación con los demás. 

En las Mujeres 5.0 podemos encontrar a quienes la soledad las aterra, o nunca han estado solas o a otras quienes por fuerza mayor se manejaron en forma totalmente independiente en la vida. En todos los casos en general, necesitan un espacio, un tiempo para sí mismas, un poco de soledad para encontrar el camino hacia el interior.

Las Mujeres 5.0 necesitan contemplar en paz, meditar, hacer un parate total y profundo del ritmo cotidiano.

¿Se acuerdan de la frase “paren el mundo que me quiero bajar”?, y nosotras le agregaríamos para encontrar una soledad sanadora, que nos integre, que nos deconstruya y poder volver así, a la vida “normal” más fortalecidas.

Necesitamos re-ver quienes somos, estamos en una etapa de cambios, de encuentros y despedidas, de transformaciones, de nuevos proyectos, de descubrir nuevos gustos y actividades.

Esta soledad nos puede acercar a nuevas elecciones y formas de vida y hasta encontrar nuevos tesoros dentro de nosotras.

También en esa soledad, podemos meditar y encontrar respuestas a temas pendientes sin resolver.

Quien no disfruta de una caminata ( no como ejercicio , sino como un relax total sin ningún objetivo aparente ) pensando en “NADA”.

Mientras escribo este artículo me encuentro en un lugar ideal frente al mar. Todo el mar para mí sola, como único testigo de esta soledad tan deseada, tan necesaria para recargar las pilas, el alma, la capacidad de amar y ser amado.

El mar es ideal para esta soledad voluntaria y reparadora. Les aseguro que les quita más peso en el cuerpo que miles de dietas y tratamientos reductores.

Frente al mar todo se calma, las olas se llevan nuestras angustias y nos devuelven esa paz tan necesaria para seguir adelante.

Las Mujeres 5.0 ya por ser sabias, maternales y/o  protectoras por naturaleza y experiencia, somos un sostén muy importante para nuestro alrededor afectivo. Por eso es crucial recargarnos de energía para continuar, resetearnos cuerpo y alma para una verdadera salud física y mental.

Si llegaste hasta acá…¿no correrías, ya mismo, a buscar una soledad saludable frente al mar o donde a vos más te guste?