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Sociedad

Cinco años a los tiros: las víctimas de la Policía de la Ciudad

Ayer, los carteles electrónicos de la Ciudad de Buenos Aires mostraban un particular mensaje: festejaban el quinto cumpleaños de la Policía de la Ciudad. En ocasión del aniversario, algunos de sus agentes decidieron honrar una de las peores costumbres de la fuerza: asesinar -a tiros o a golpes- a algún inocente, que cobra por gil.

Este fue el caso de Lucas González, el joven jugador de Barracas Central que murió en la tarde de este jueves en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela. Mientras andaba en auto junto a dos amigos, los intentó detener un grupo de agentes vestidos de civil. Dispararon contra el auto, y le dieron a Lucas en la cabeza. A los 20 minutos, según contó el abogado de la familia de la víctima, los policías ya tenían defensa legal.

Empezó a actuar a partir de enero del 2017, y no tardó demasiado en empezar a matar injustamente: el 24 de marzo de ese mismo año se cobró su primera víctima. 

La Policía de la Ciudad es la fuerza más nueva del país. La ley que la creó salió recién el 17  noviembre del 2016, reemplazando a la histórica Policía Metropolitana. Empezó a actuar a partir de enero del 2017, y no tardó demasiado en empezar a matar injustamente: el 24 de marzo de ese mismo año se cobró su primera víctima. Se trataba de un joven de 25 años, que estaba sentado por la zona de Plaza Flores cuando un agente le disparó en el pecho sin bajarse de su auto, un Peugeot 307 negro.

Poco después, el 11 de junio de ese año, el policía Patricio Queirolo cometió un femicidio con su arma oficial. Le disparó a su expareja, la madre de su hija de seis años, en la cabeza, para luego intentar suicidarse. Terminó falleciendo luego de pasar unos días en terapia intensiva.

Un mes más tarde, la Policía de la Ciudad terminó con la vida de Brian Bravo, un joven de 24 años. Un grupo de agentes intentó detenerlo a los golpes y lo dejó inconsciente. Los policías opinaron que "se estaba haciendo el desmayado" para "zafar". Por eso, le siguieron pegando. Su familia fue a buscarlo al hospital Ramos Mejía, pero Brian ya había muerto.

Su familia fue a buscarlo al hospital Ramos Mejía, pero Brian ya había muerto.

Estos son solo tres casos del primer año de la historia de esta fuerza policial, una de las más asesinas del país. Ese año, según denunció la Coordinadora Contra la Represión Institucional y Policial (Correpi), la Policía de la Ciudad se cobró 24 vidas a través del gatillo fácil. Entre el 2017 y el 2019, según un informe de la Comisión Especial de Seguimiento y Prevención de la Violencia Institucional de la Legislatura porteña, la Policía de la Ciudad asesinó a 43 personas en hechos de violencia institucional.

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), con criterios más estrictos para definir el gatillo fácil, le endilga 98 muertos a la Policía de la Ciudad en su tiempo de existencia. Solo 23 de estos habrían sido casos de gatillo fácil. Otras organizaciones dan números distintos: el legislador electo Gabriel Solano, del Partido Obrero, denunció 46 asesinatos entre el 2017 y el 2019, cifra que surge de los informes de la Correpi.

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