Eduardo Costantini, fundador del Malba, compró una pintura de Frida Khalo y Diego Rivera a 34,8 millones de dólares y se convirtió en la obra más cara adquirida en Latinoamérica.

El coleccionista compró de forma privada Baile en Tehuantepec, realizado por Rivera a 15,7 millones de dólares. Dos años más tarde, Christie’s vendió Los rivales, del mismo autor a 9,7 millones, cifra récord hasta anoche en remates públicos para el arte latinoamericano.

Ya lo había alcanzado con Diego y yo en 1990, cuando se vendió la pintura en Sotheby’s a 1.4 millones de dólares y con Dos desnudos en el bosque (La tierra misma) a ocho millones en 2016.

Costantini explicó que saldó una deuda pendiente ya que quiso comprar la obra en 1995, cuando se remataba en Sotheby´s y, por su presupuesto limitado, tuvo que comprar el Autorretrato con chango y loro, de Kahlo. El dueño del Malba pagó 3,1 millones de dólares y fue la más cara del arte latinoamericano por mucho tiempo. Más tarde la donaría a su museo y todavía se destaca como una de las piezas icónicas de la colección.

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Frida ocupó ese puesto reiteradas veces. Ya lo había alcanzado con Diego y yo en 1990, cuando se vendió la pintura en Sotheby’s a 1.4 millones de dólares y con Dos desnudos en el bosque (La tierra misma) a ocho millones en 2016.

El cuadro fue pintado en 1949, año en el que Rivera había pintado otro retrato de la diva mexicana María Félix. Muchos coinciden en que esto desencadenó una crisis entre Frida y Diego, que habían acordado respetar sus infidelidades. Sotheby's explicó que “esa relación fue objeto de numerosos rumores y aunque bromeó públicamente al respecto, Kahlo, que era amiga de Félix, quedó profundamente herida”.