Jacob Chansley, el seguidor de Donald Trump conocido como El Chamán de QAnon, fue condenado a 41 meses de prisión por su participación en el asalto al Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero, cuando llamó la atención por su disfraz de bisonte.
El Departamento de Justicia había solicitado una condena de prisión ejemplar, considerando que había sido una de las figuras más reconocibles del ataque. Finalmente, el juez federal del distrito de Columbia, Royce Lamberth, lo sentenció a 41 meses de cárcel y a pagar una multa de 2.000 dólares, además de que tendrá una vigilancia supervisada de tres años una vez que salga de prisión. Los fiscales habían solicitado una pena de cárcel de 51 meses.
Jacob Chansley fue sentenciado a 41 meses de cárcel y a pagar una multa de 2.000 dólares, además de que tendrá una vigilancia supervisada de tres años una vez que salga de prisión.
Chansley no solo fue "la cara pública de los disturbios del Capitolio", sino que además "incitó a la multitud para exigir la expulsión de los legisladores" que en ese momento se encontraban dentro del edificio, relataron los fiscales. Al ingresar al Senado, dejó una nota en el escritorio del por entonces vicepresidente, Mike Pence, en la que se podía leer, "es solo cuestión de tiempo, la justicia está cerca", antes de forcejear con los agentes que intentaban sacar del edificio a los intrusos.
Los fiscales también remarcaron en la acusación que Chansley había sido un prolífico difusor de teorías de la conspiración, en especial aquellas ideadas por la organización de extrema derecha QAnon, así como de otros mensajes de odio que "avivaron" el incidente. El 9 de agosto se entregó a las autoridades, que presentaron seis cargos en su contra, aunque sólo aceptó el de obstrucción a un proceso legal.
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Chansley sufre un trastorno esquizotípico de la personalidad que le impide relacionarse con facilidad y le puede alterar los patrones de pensamiento, apariencia y conducta, algo que fue utilizado por su defensa para intentar liberarlo de los cargos.