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Sociedad

Aumentan las vasectomías, caen los prejuicios

Las vasectomías son un método anticonceptivo que, a diferencia de la mayoría, recae sobre el hombre y no sobre la mujer. Son altamente efectivas, no requieren mucho tiempo y no generan grandes complicaciones. Aunque todavía no están socialmente naturalizadas, cada vez son más populares. Entre 2015 y 2019 el número de vasectomías en la Argentina se multiplicó por 12.

En 2006 se sancionó la Ley 26.130 de Anticoncepción Quirúrgica, que garantiza el acceso a la ligadura tubaria (de trompas) y a la vasectomía como un derecho de todas las personas. Desde ese momento, ambos procedimientos cuentan con la posibilidad de ser realizados de manera gratuita en hospitales públicos o son cubiertas por obras sociales. Más allá de que la ley tiene ya 15 años, recién en los últimos se comenzó a ver un crecimiento en las consultas y en las aplicaciones de las cirugías en varones.

¿Qué es una vasectomía?

Una vasectomía es una cirugía en la que se realiza un corte de los conductos deferentes, que son lo que unen los testículos con la uretra. De esta manera, se los liga y corta por separado para que los espermatozoides queden en los testículos y no lleguen al semen. Es decir, se continúa produciendo esperma, solo que el mismo no lleva los espermatozoides que se requieren para fecundar un óvulo.

Este tipo de cirugías, que cuentan con una eficacia de más del 95%, tienen como objetivo evitar un embarazo, pero no evitan de ninguna manera las enfermedades venéreas. Además, tienen la particularidad de ser reversibles en un 80%, aunque los especialistas aconsejan tomar la decisión con la intención de que sea definitiva. “Se puede, pero no es recomendable. Si la persona quiere volver a procrear, puede extraer espermatozoides antes para realizar una fecundación in vitro”, afirmó a Diario Con Vos el urólogo y diplomado en comunicación científica Guillermo Capuya (Matrícula 65404).

Una maqueta de cómo se realiza la intervención.

Se trata de una cirugía que, además, es muy rápida (alrededor de 20 minutos) y tiene la ventaja de que el posoperatorio es sumamente llevadero. En la mayoría de los casos, la recuperación se realiza de manera ambulatoria y no hay mayores complicaciones que alguna molestia en la zona afectada. Incluso es posible retomar actividades deportivas a solo días de la intervención.

Una vez terminado este proceso, ¿ya se puede tener sexo sin temor a un embarazo? Además de que se recomienda pasar una semana sin tener relaciones para evitar fricción en la zona operada, hay un periodo donde hay que seguir cuidándose y hacer un espermograma. Cuando este estudio otorga un conteo 0 de espermatozoides, significa que el proceso está terminado. Hasta entonces no es aconsejable tener relaciones porque podría atentar contra la eficacia del procedimiento.

¿Se hacen más que antes?

Según datos del Ministerio de Salud, entre 2015 y 2019 las vasectomías aumentaron 12 veces, pasando de 56 a 683 en esos años. En el mismo período, las ligaduras de trompas de Falopio pasaron de ser 14.183 a 17.610. Es decir, por un lado se ve un significativo incremento de las vasectomías, pero al mismo tiempo la cantidad de cirugías en hombres y en mujeres distan considerablemente.

El urólogo Sergio Macan (Matrícula 139526) contó que "hay muchos chicos que preguntan sobre este método porque no quieren tener hijos y lo ven como una alternativa al preservativo", aunque fue terminante en que no se debe realizar con esa idea. De todas maneras, comentó que quienes más se realizan esta operación son hombres entre 35 y 50 años que ya tienen una familia formada y no quieren correr el riesgo de volver a pasar por una situación de embarazo.

La producción de testosterona es igual, el deseo es el mismo y el orgasmo también.

(Sergio Macan, urólogo)

Este es el caso del periodista Jairo Straccia (40), integrante del programa ¿Y Ahora Quien Podrá Ayudarnos?, por Radio Con Vos. Straccia contó al aire que se realizó esta intervención hace unos días y le llovieron las consultas en sus redes sociales. “Estoy sorprendido por el rebote que generó, demuestra que hay muy poca información y mucho prejuicio. Yo lo tomé como ir a sacarme una muela”, aseguró a.

En la misma línea, Luciano Benedetti (39), que pasó también por el quirófano hace poco más de un mes, se refirió a la desinformación que existe al respecto: “Nunca tuve ningún prejuicio, pero sí empecé a verlo en las personas cercanas cuando lo conté: les resultaba llamativo. Es una sociedad machista donde el hombre siempre tiene que estar dispuesto a procrear y no puede quitarse esa posibilidad”.

El rebote cuando conté que me había operado demuestra que hay muy poca información y mucho prejuicio. Yo lo tomé como ir a sacarme una muela.

(Jairo Stracia)

Somos una sociedad machista, es cierto, pero al mismo tiempo somos una sociedad en proceso de deconstrucción. Por esto, el doctor Capuya aseguró que llegó el momento en el que los hombres deberíamos “hacer un pequeño sacrificio y someternos a esa pequeña cirugía que es muy segura”, en un contexto donde las mujeres “llevan años de tratamientos hormonales, y demás métodos anticonceptivos que empeora la condición física”.

Cambios sociales, desinformación y refutación de mitos

Hay dos factores importantes que explican por qué recién en los últimos años comenzó a incrementarse el número de hombres que eligen aplicar este método anticonceptivo. Si bien uno podría mencionar la gratuidad, esto es así desde 2006, pero los cambios significativos se ven desde 2015. ¿Qué cambió en estos años?

En los últimos años la sociedad incorporó el debate por la inclusión de la perspectiva de género en todos los ámbitos sociales. A esto también se le suma el boom de las redes sociales. Es probable que la conjunción de ambos factores explique por qué cada vez más hombres dejan atrás los mitos alrededor de este método y se animan a colaborar con la anticoncepción, más allá de la utilización del preservativo.

Los hombres deberíamos hacer un pequeño sacrificio y someternos a esa pequeña cirugía que es muy segura

(Guillermo Capuya, urólogo)

Los mitos más comunes tienen que ver con el temor no poder tener más una erección ni eyacular, o que se pierda la virilidad y el deseo. En este sentido, el doctor Macan aseguró que "la vasectomía no tiene ninguna consecuencia de ese tipo" y que "la parte funcional del testículo sigue estando, la producción de testosterona es igual, el deseo es el mismo y el orgasmo también".

La información puede ser más accesible que antes, pero el tabú sigue existiendo. "No hay campañas del gobierno o de las ONG, o información en las páginas de las prepagas sobre estos métodos para los hombres. Mi gran aprendizaje de este proceso es que debería haber más información", planteó Straccia.

Capuya también cree que, si bien desde la medicina se realiza una importante divulgación de estos temas, hace falta más "concientización individual y de los medios para terminar con los falsos mitos".

Las vasectomías son un método seguro, sencillo y gratuito. Es hora de reivindicar un procedimiento que puede ser de mucha ayuda tanto para el hombre que no quiere correr riesgos como para la mujer que tiene la posibilidad de evitar el consumo de medicamentos que afectan al organismo o someterse a intervenciones mucho más complejas y riesgosas.

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